Capítulo 91

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Italia, Milán
8:45 pm

Las gotas caían calientes sobre mi piel y mi cabello, empapandome totalmente, intentaba despejar mis pensamientos, intentaba sacar el aroma fresco del cabello de __ de mi cabeza,  no desconcentrarme, podía fallar, tenía que solucionar esto en menos de dos días.

-Maldición, esto  duele- intentaba  separar con cuidado la gasa de mi pierna, que esta fuertemente adherida a mi herida por la sangre seca- joder- me queje por lo bajo cuando finalmente la saque, las gotas de agua rápidamente se combinaron con la sangre, diluyéndose  hasta caer al azulejo blanquecino-.

Al salir del baño con una toalla a mi cintura y apoyado de la muleta me encontré  con Harrison que estaba completamente compelido en su computadora.

-¿Trajiste lo que te pedi?- ante mi pregunta Harrison dio un pequeño respingo, alertandose-.
-S-sí algo a-así- hablaba nervioso, mientras caminaba al armario de la habitación para sacar un traje-.

Apenas lo vi, apenas vi sus detalles en plata y sus solapas hechas a la medida sentí mi estomago revolverse, Harrison camino indeciso hasta extenderlo en la cama sin apartar su vista de mi.

-Antes de que digas nada o te enfades, el traje no lo elegí yo, fue ___-se excuso- yo no tuve mucho tiempo para buscar algo, además...Dante era muy amigo de tú padre y es un jodido obsesionado por los clasicos, sí tu usas esto...tendremos más oportunidad, así podrás regresar a casa antes-realmente debía estar muy equivocado si esperaba que eso justificara su acción- podrás regresar con ___- tal vez no estaba tan equivocado-.

Mire el traje indeciso y asqueado una vez más, si bien sería un martirio usarlo, más martirio sería estar lejos de ___ por cinco días más.

-No quiero más errores ¿entiendes  Harrison?- pase la llema de mis dedos por los botones plateados, era plata de verdad, mi padre nunca escatimaba en gastos cuando se trataba de un traje-.

"El honor no se obtiene con la vestimenta, uno no debe perder su genialidad por sus ropas, el hombre hace al traje, no el traje al hombre, Thomas." 

-Esta bien, ten, es el intercomunicador, un auto te estará esperando abajo para llevarte al barullo- se inclinó levemente tendiendome el pequeño intercomunicador que era del color de mi piel, sería fácil hacerlo pasar desapercibido- te guiare en tú camino hasta allá- dijo como último para girarse tomando sus cosas hasta salir de la habitación.

-Esto es asqueroso- dije tras verme en el espejo, con su estupido y podrido traje, no tenía elección, me coloque el intercomunicador y tome el bastón en negro que Harrison me había conseguido para esa noche, si bien necesitaba de lleno las muletas no podía ser tan idiota para llegar con ellas frente a los Camorra- cámaras-.
-Desactivadas, puedes pasar- finalmente salí al lobby, no fue difícil reconocer al chófer, era un hombre viejo y regordete, que pasaba el dorso de su mano por su sudorosa frente, intentando sacar los rastros de su transpiración-.
-Señor Holland, sea usted bienvenido- dijo apresuradamente antes de hacer una reverencia intentando tomar mi mano para besarla con respeto-.
-Yo no hago eso- ante mi seca respuesta simplemente bajo la mirada, abriendo la puerta apresuradamente-.
-Mil disculpas señor- estaba asustado y nervioso, al igual que todos-.
-Llévame con Dante...- me detuve esperando que entendiera el mensaje-.
-Miles, Miles a sus ordenes señor-seguido de otra reverencia-.
-Llévame con Dante, Miles- ordene cerrando detrás de mi, lo pude ver correr nervioso hasta el asiento del piloto-.

En el transcurso del camino podía escuchar a Miles resoplar nervioso, tamborileando sus dedos en el volante y sus muslos, hasta cierto punto verlo así  era penoso y divertido.

Finalmente aparcó  frente a un casino, con grandes letras y luces doradas, construido principalmente de espejos transparentes que reflejaban a las personas eufóricas por obtener dinero fácil, sexo y bebidas fácil. 

Apenas entre al local cuando un chirrido al otro lado del intercomunicador seguido de varios gritos y disparos me hizo tantear el intercomunicador en mi oído con molestia. 

-¡¿Que carajos a sido eso?!- pregunto Santiago antes que yo del otro lado de la bocina, camine al interior del local un tanto mas irritado que dispuesto-. 

-¿Eh? una apuesta, les aposte cien dolares a que podía hacer que se arrancaran los dedos y se los comieran entre ellos- respondió Samantha con tranquilidad- no me creyeron-casi la podía ver riéndose-.

-El contacto lleva un traje en blanco con una margarita en la solapa- me informo Harrison, lo busque entre la gente cuando lo vi sentado en una de las maquinillas del fondo, tenia el cabello canoso y grasoso, debía haber pasado mucho tiempo desde la ultima vez que tomo un baño-.

-¿Dante aun recluta vagabundos?- en mi camino hasta colocarme en la maquinilla a su lado, observe el perímetro en busca de actitudes sospechosas-. 

-Tu reclutas niños de la calle, déjalo ser feliz con sus vagabundos- respondió Samantha permitiéndome escuchar como cargaba su fusil de francotirador, indicándonos que estaba lista para disparar ante la primer amenaza-.

 Me senté en la maquinilla a su lado, colocando una moneda en la hendidura del aparato mientras tiraba de la palanca, nisiquiera era consciente de que trataba el juego. 

-Los caballetes se han alineado- el hombre mayor detuvo todos sus movimientos para soltar una pequeña risa, mirándome de reojo con malicia-.

-Los ruiseñores han cantado con el primer rayo del alba, que alguien provea el té para la magnifica fiesta- contesto confirmándome que si era el contacto de Dante, se levanto del banquillo, inmediatamente un olor a carne podrida y perfume me llego a la nariz, camino treinta metros hasta llegar a una gran puerta roja, donde entro cerrando tras de si-.

A varios metros suyos había una chica llamo totalmente mi atención, llevaba contenta un martiní hasta su labios, sus facciones eran jodidamente similares a las de __, solo que esta chica se había tardado varios tratamientos para quedar así, __ no era perfecta, pero era natural y única, no necesitaba ninguna clase de operación o tratamiento para irradiar luz, ella era perfecta por naturaleza. 

-Harrison...- me levante del banquillo, caminando hacia la puerta en la que antes había desaparecido el contacto, intentando sacar a __ de mi cabeza, intentando adormecer su fuerte brillo para que no me cegara- ¿___ esta bien? ¿Ya había tomado sus medicinas?- apenas había sido consciente de mis palabras-.

-¡¿Que?! ¡No es momento para eso!- Santiago estaba alarmado y furioso, rápidamente reaccione, tallandome la cara con fuerza, intentando aclararme antes de entrar por esa puerta rojiza-.

-Te voy a atizar una bala en el culo Holland- amenazo Samantha sin mucho interés-.

-Escucha Tom, ella...ella esta bien ¿Vale?- respondió Harrison  buscando la manera de hacerme razonar- Fere esta con ella, esta bien ¿si? ¿Podrías por favor concentrarte en los Camorra?-.

Tome una bocanda de aire antes de pasar mi mano por la perilla abriéndola hasta entrar al ancho y alfombrado pasillo, tenia que hacerlo, no sabia si esta reunión terminaría con mentiras y champage o si terminaría con verdades y sangre, de todas maneras no tenia elección. 

-Esta dentro-.

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Muchísimas gracias a todas por leer y comentar, si les soy sincera tenia planeado subirles ya hoy su especial en la playa, pero no iba a ajustar de tiempo ya que probablemente ese especial me tome mas de 4,000 palabras, hacerlo ahora hubiese sido entregarles algo mal hecho y no queria eso, ya saben que siempre intento darles lo mejor de lo mejor. 

Muchas gracias por las 31k vistas, les juro que cada vez que pienso en ello se me va el oxigeno de la cabeza ❤❤❤❤❤ son fantásticas

¡Las quiero mucho mucho! 

Sálvame [Tom Holland y tú]Where stories live. Discover now