Sálvame [Tom Holland y tú]

Capítulo 32

-¿Crees que nos escuche?- pregunto Rubén que se encontraba en la silla con los pies cruzados mientras se comía una mandarina-.
-No lo sé, puede que sí- quite la bolsa de transfusión y coloque la nueva y última que tendría-.
-Yo digo que sí- se inclinó sobre la silla acercandose a Tom y levantó considerablemente la voz- ¡Oye tú, no me agradas, pero aún así ni se te ocurra morirte pelado!- dijo para despues meterse otro tajo de mandarina a la boca-.
-Hey, dejalo en paz- me acerque para tocar la frente de Tom y respire aliviada, la fiebre se ha ido, lo vi y note que estaba indudablemente sucio, muy apenas alguien le había limpiado la cara con lo que paso -Rubén...¿me ayudas a bañarlo?-.
-Nope-dijo y se levantó para encaminarse a la salida-.
-¡Rubén, no huyas cobarde!- este se giro con la boca llena de mandarina-.
-Lo fiendo- creo que se disculpo, se encogió de hombros y salió del cuarto-.
-Bien, te daré un baño indio- dije y fui por lo necesario al baño, que era un par de toallas y agua -.

Con cuidado de no lastimarlo le saque la camiseta dejandolo desnudo de la cintura para arriba,los moretones seguían ahí, humedeci una toalla y la pase con suavidad sobre su pectoral y su marcado torso, después por sus brazos con cuidado ya que aún tenía la transfusión de sangre y el suero conectado, limpie su cuello levantando su cuerpo un poco como si quisiera sentarlo, tambien limpie lo más que pude su formada espalda -ahora la cara- dije y lo acosté nuevamente con cuidado, parecía que le gustaba mi tacto o el que le sacará la mugre ya que su cara se veía mas apacible, enjuague la toalla y la pase con suavidad sobre su frente, recorriendole el pelo hacía atrás-también debería peinarlo un poco-, baje con cuidado sobre su nariz y su ojo morado, así hasta llegar al fin de su barbilla, luego fui por sus orejas y la parte exterior de estas.
-Bien- le dije pero ¿Realmente podía escucharme? ¿O su cerebro estaba totalmente perdido ajeno al mundo exterior? Una ráfaga de aire helado me congelo, estaba empezando a nevar y yo tenía aquí a Tom semidesnudo, corrí hasta su armario y saque una camiseta cuello D y una sudadera- muy bien, que sea rápido- cerré el paso de la sangre y el suero para poderselos desconectar en lo que le ponía la ropa, le puse la camiseta y este se removio un poco, aproveche para bajarla hasta su cintura y despues tome la sudadera- Vamos Tommy, ayudame- me sorprendí por haberlo llamado así y un rubor me recorrió la cara, pedía al cielo porque no pudiera escucharme, finalmente me las amañe para ponerle la sudadera, volví a conectar el suero y la sangre y le coloque las sabanas encima.

-Solo falta peinarte- pase una mano por su cabello, estaba algo enmarañado pero aún así estaba suave-.

Otra brisa helada me helo la piel, fui hasta la ventana, la nieve ya cubría casi todo el patio, hacía frío, fui al ropero de Tom y saque otra sudadera, me lo pensé dos veces pero finalmente me la puse, era calido y sobre todo, olía a él, como si me estuviese abrazando, cerré los ojos respirando con fuerza el aroma de su prenda, me llegaba poco arriba de la mitad del muslo y las mangas cubrían parte mis manos. Fui hasta su tocador tome un peine y me subí a la cama con él hasta colocarme a su lado con cuidado, se estaba haciendo costumbre en mi subirme en su cama. Comence a cepillar su cabello, acomodandolo hacía atrás y poniendo uno que otro cabello rebelde detrás de sus orejas termine puse el peine en la mesita de noche para volverme agazapar a su lado y contemplar mi trabajo.

-Guaperrimi- dije riendo, haciendo un movimiento con las manos, obviamente el no respondió, nisiquiera se movió, mi entusiasmo bajo otra vez y tome con ambas manos la suya- ¿sabes? Te extraño- baje la cabeza intentando contener las lagrimas- no estaría nada mal que despertarás y me faatidiaras con algunas de tus cosas, acaricie sus nudillos- despierta pronto...por favor-.

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Gracias por leer ❤