No me llames Omega | Kookmin × Taejin |

Extra | IV |: Inevitable 2

— Si no dices nada lo tomaré como un sí... — Dijo agarrando con firmeza la cintura del mayor para apretarle contra su pecho, fue una acción violenta que le robó un jadeo. Pronto esas manos se aferraron a su pecho y observó la expresión acalorada del Omega entre sus brazos, no podía negar que le deseaba cuando esos ojos oscuros le miraban con tanto deseo y lujuria reflejada.

Sus sentidos estaban adormecidos, por completo sumergido en ese momento que había añorado por tanto tiempo con sus dedos presionando la piel desnuda de esas largas y masculinas piernas, con sus labios y lengua probando la piel ajena, deleitándose con esa voz erótica que escapaba de esa garganta. Las manos del mayor acariciaron su abdomen para luego subir hasta su cuello donde se abrazó jadeante con las piernas a los costados de esa pelvis mientras era penetrado por ese chico que creyó querer como a un hermano, quien era el mejor amigo de su novio.

Seok Jin le había recibido gustoso y ni la marca en su cuello impidió que sintiera placer al entregarse a otro Alfa, no comprendía como era que su cuerpo temblaba de forma tan lujuriosa mientras su interior era arremetido por Tae y no sentía náuseas o rechazo a esa piel. su cuello era atacado por el menor quién repartía besos sin importarle que dejase marcas, impregnando su aroma sobre ese cuerpo sensual y masculino, ya sin importarles que aquel acto fuese una tradición.

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El sonido de la calle volvió a ser presente cuando chocó a un transeúnte y aquel recuerdo se disipó de su mente volviendo a enfocar la mirada en ese hombre encantador que le había robado el corazón ya hace tanto tiempo, por quien cometería cualquier locura sin importar las consecuencias.

— Cuál es su nombre? — Preguntó caminado junto al mayor observando a ese pequeño cachorro acurrucado en el cuello de Jin, era sin dudas una imagen que le dejo enternecido.

— Sunhee... — Dijo con ese niño dormido en sus brazos acariciado ese suave cabello de vez  en cuando.

— Puedo cargarlo si estas cansado... — Agrego deseando sostener a ese niño, quería olerle de cerca y sentirle muy próximo a su corazón.

— Estoy bien. — Se negó Jin caminado con el infante sin la mínima intención de dejarlo en manos de Tae.

Al llegar al departamento subieron las escaleras hasta el tercer piso donde caminaron por el corredor iluminado por aquellas luces sobre sus cabezas, SeokJin se detuvo frente a una puerta casi al final del corredor y entonces le vio buscar un poco incómodo las llaves en su abrigo.

— Necesitas ayuda? — Preguntó.

— Podrías sacar mis llaves? — Dijo señalando su bolsillo con el movimiento de su cabeza.

Taehyung se acercó a él y metió su mano en ese abrigo, su aliento se dejo caer sobre el cuello del mayor, estaba demasiado cerca y sentir el calor ajeno le provocó deseo, su corazón latía apresurado y se sintió vulnerable ante sus sentimientos reprimidos pero al mirar a su bebé se sintió un idiota, no era el momento de arrojarse en brazos de ese Alfa, ahora tenía una responsabilidad y debía ser cuidadoso con las decisiones que debía tomar.

— Gracias... — Jin le vio abrir la puerta y entonces entró primero, con cuidado de no soltar al niño encendió la luz y camino atravesando la sala para perderse en la habitación del fondo; Taehyung en cambio se detuvo en la sala, el lugar permanecía impregnado del aroma floral del mayor, también con el sutil y suave olor a cachorro. Sus pupilas observaron todo a su paso, la cocina perfectamente limpia con algunos juguetes sobre el mostrador, el sofá de color crema con cojines con estampados infantiles y peluches, cuadros de flores y las ventanas abarrotadas, definitivamente un lugar para criar niños, Jin debía ser muy responsable y atento, debió hacer muy bien las cosas solo con el cachorro pero aún si era así no dejaba de pensar que él también merecía ser parte de eso. Se sintió triste y molesto sabiendo que le había arrebatado momentos importantes que un padre desea vivir, se perdió el embarazo, su nacimiento, los primeros pasos y hasta las primeras palabras.