Capítulo 37

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Se vestía escuchando atentamente cada palabra que salía de la boca del rubio,  en verdad le sorprendía que Park ideara un plan de escape tan rápido y mientras más escuchaba este parecía ser perfecto pero arriesgado. Pronto comenzó a sentirse nervioso, debía hacer todo bien o no lograrían más que meterse en problemas.

— No dejes que te intimide... —  Susurró Park al mismo tiempo que ordenaba los lisos y suaves cabellos del menor. — Confío en ti. —

— No lo haré... — Dijo con una voz suave y enternecida al recibir aquella caricia. — Ahora te tengo a ti... — Agregó por último acercando su rostro al contrario, cerrando los ojos esperando un beso pero fueron interrumpidos por el sonido de la puerta que se abrió dejando entrar a ese Alfa y así dirigió la mirada a ese hombre que entraba con uno de sus subordinados. Sus ojos delinearon esa figura que atravesó la habitación para tomar asiento en ese escritorio.

— Disfrutaste de la noche? — Preguntó sentándose, ordenando que abrieran las cortinas y ventanas.

— No tengo que contestar... — Respondió amenazante poniéndose de pie.

— Ya sal de aquí, ve a tu cuarto y quédate allí hasta que te llame.— Ordenó mirando a Jungkook quien siguiendo el trato obedeció.

— Tú niño debes tomar una ducha apestas... — Comentó el alfa aun percibiendo el aroma del castaño apestando el lugar.

— Yo no sigo tus ordenes. — Contestó cruzándose de brazos desviando la mirada pero pronto volvió a enfocar la vista en ese hombre cuando un fuerte estruendo se dejo escuchar.

— Harás lo que yo diga. — Escuchó ser dicho con sarna y no pudo evitar pensar en su padrastro, era desagradable tener que lidiar con algo como eso a esas alturas pero debía comprarse por el bien de Jeon. Uno de los sirvientes de la mansión se acercó a él y le guió a la salida.

Llegó a una habitación al final de ese piso, la puerta se cerro y entonces se dejó caer sobre la cama jadeando. podía pretender que todo estaba bien pero su celo se estaba volviendo un problema y más ahora que no podía conseguir supresores, se había vuelto una carga y eso le molestaba a más no poder, debía depositar sus esperanzas en Jungkook y en verdad esperaba que este hiciese todo lo que habían planeado. Cuando el calor de su cuerpo disminuyo se levantó de la cama para entrar en el baño, era doloroso y sus piernas temblaban sin remedio recordándole lo inútil que era en esos momentos, se quitó la ropa y entro en la tina para atender su problema por si mismo.

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Se escapó una vez que tuvo la oportunidad, no quería estar cerca de ese hombre y mucho menos soportar la mirada controladora de su progenitor, se escabulló a la cochera donde entró sin problema, adentro de encontraba la misma camioneta en la que le habían traído hasta allí y se acerco para verificar que estuviese abierta y para su suerte así era, la puerta crujió cuando la abrió así que miró en todas direcciones un tanto asustado pero entonces volvió a su trabajo, se subió y buscó las llaves en la guantera y en cualquier escondrijo posible y las encontró en el compartimiento en medio de los dos asientos delanteros. Una sonrisa satisfecha de apoderó de sus labios y rápidamente las guardo en su bolsillo.

Volvió sobre sus pasos y atravesó los arbustos para pasar al patio el que planeaba atravesar sin ser visto pero al sentir una mirada sobre él buscó al dueño de esta, sus ojos se encontraron con los contrarios, Jimin le observaba desde el tercer piso y creyó verle sonreír por un momento.

•••

Había Caminado con libertad por la mansión y sentía que se volvería loco de solo sentirse encerrado en aquel lugar, parecía que se burlaban de él ya que podía ir donde quisiera pero su captor era consciente de que no escaparía, gracias al hecho de que estaba atado por ese lazo invisible a un Alfa desagradable.

No me llames Omega | Kookmin × Taejin |Where stories live. Discover now