No me llames Omega | Kookmin × Taejin |

capítulo 11

El ruido a su alrededor era de cierta forma ensordecedor, jóvenes riendo, el sonido de los platos y la música de fondo, ambos hermanos se encontraban en un bar que les gustaba frecuentar pero a diferencia de aquellos días hoy se encontraban frente a frente completamente en silencio, jungkook no se atrevía a abrir la boca a menos que el contrario iniciara la conversación y así fue, Min Yoongi le miró para hablar con ese tono característico de voz algo rasposa.

— Qué es ese chico para ti?— Pregunto dejando la jarra de cerveza sobre la superficie plana de la mesa.

— Es mi hyung... — Respondió rápidamente.

— No me vengas con eso, sé lo que vi y tú no pareces considerarlo un simple sunbae. — La mirada de JK se paseo por la habitación, se sentía inquieto y ni siquiera sabía por qué; él no estaba enamorado de Park Jimin, él sólo le admiraba.

— Es la verdad! — Los ojos brillantes del menor le miraron directamente y entonces comprendió que Jeon no era consciente de sus acciones y mucho menos de sus sentimientos.

— Sabes... En verdad me molesto que me gritaras así. — Kookie le miro para bajar la cabeza arrepentido y apenado, el no solía faltarle el respeto a su hermano mayor pero en esa circunstancia se sintió realmente en la necesidad de proteger a Park aunque sabía que este era un hombre fuerte.

— Lo siento... — Se disculpó agachando la cabeza para luego recibir un golpe en la nuca.

— Debiste disculparte sin que yo te lo dijera! Mocoso! —Le regaño pero de todos modos acaricio esos lisos y suaves cabellos en un gesto fraternal.

— Él no te agrada, verdad? — Jungkook levantó la mirada con sus mejillas algo sonrojadas al recibir los mimos de su compañero.

— No realmente... — Respondió el mayor, no le desagrada en su totalidad pero aquel suceso le recordó un evento del pasado. Ensimismado se perdió en sus pensamientos.

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En ese entonces Jungkook sólo tenía dieciséis años; él en cambio estaba en sus veintiuno ya siendo mayor de edad y completamente independiente, su madre había muerto hace un par de años y hasta ese momento no sabía quién era exactamente su padre. Nunca se había preocupado mucho en ello pero ahora que se encontraba frente a él hubiese preferido nunca saber la verdad, ese hombre no era más que un arrogante un hombre sin corazón que solo podía pensar en la riqueza y el futuro de su compañía.

Suga escuchaba como su supuesto padre discutía con esa mujer que de seguro era su esposa, comprendía que ella estuviese molesta después de todo un hijo bastardo como él había llegado a la casa, pero no fue su decisión es más fue obligado a ir.

Lo único de lo que hablaba su progenitor era de lo decepcionado que estaba de su hijo y él sabía muy bien que no se refería a su persona, la palabra "anormal" llego hasta sus oídos y no pudo evitar sentir repugnancia, si él estaba allí tan sólo para remplazar al hijo legítimo no se quedaría mucho más. Cansado de esa situación se levanto de ese costoso sillón para mirar como esos adultos seguían ensimismados en esa discusión.

— Cómo se supone que ese niño va a tomar el mando de mi compañía si no sabe más que llorar? Un alfa de verdad no se completaría así! — Cada paso que daba camino a la puerta se tornaba más difícil, cada palabra que salí de esa boca le provocaba un sensación desagradable, cada maldita palabra escupida con recelo alborotaba su interior y no podía más que sentir ira y unas indescriptibles ganas de dar la vuelta y moler a golpes a ese hombre.