Capítulo 32

2.9K 334 52
                                    

Llegó a casa de la escuela atravesó el descuidado patio de la vieja casa en la que vivían, al entrar dejó sus zapatos tirados en la entrada y al ver que junto a los tacones de su madre unos zapatos de hombre no pudo evitar suspirar realmente harto de esa situación. No alcanzó a dar un paso cuando un Alfa de traje salió de la habitación del fondo y caminó hasta él por el estrecho pasillo para coger sus zapatos, Yoongi simplemente le ignoró y fue a echarse a uno de los maltratados sillones de la sala.

Su madre una mujer de piel sumamente blanca y cabellos negros se presentó ante el vistiendo aquella bata color lavanda únicamente sobre su cuerpo desnudo, sus ojos se pasearon con disimulo por ella observando como esa mujer sobaba el área tras su nuca. Ese comportamiento extraño llevaba desarrollándose hace unas semanas, muchas veces se había despertado a media noche para atender a esa mujer que gritaba en agonía, aquella marca sobre su cuello era la responsable de ese sufrimiento y el acostarse con Alfas estaba agravando la situación de su cuerpo.

Deberías dejar de jugar con esos idiotas... — Habló Suga recibiendo una mirada de aquellos ojos oscuros pero estos se desviaron en una expresión triste.

Solo será una semana, puedes aguantar a está tonta por un tiempo más? — Su madre se acercó a él abrazándole para acercar a su pequeño a su pecho.

Lo siento — Se disculpó por hablar en ese tono de voz tan amenazante que había sobresaltado a esa omega.

Los días pasaban en un remolino descontrolado, los episodios se hicieron más frecuentes hasta que una mañana se quebró por completo. El lazo se había roto y sin esperanza alguna aquella mujer que había sido tan cariñosa con él cambio de la noche a la mañana. Una discusión en específico fue reproducida por su inconsciente.

Recordaba haber estado sentado en la mesa frente a un plato de arroz y algunas verduras hervidas con su uniforme un tanto desordenado, había cumplido los diecisiete años hace un par de días pero no había recibido ni siquiera un cumplido de su madre que en ese momento yacía frente a él sin siquiera mirar el plato frente a ella como si estuviese perdida y desorientada.

Madre? — Se apoyó en la mesa para mirarle y llamarla.

Por qué me miras así!? — Gritó sumamente furiosa y tiró los trastes al suelo dejando un gran desastre.

Ya basta! — Le gritó devuelta, ya había dejado de ser la persona de antes ahora solo explotaba de la nada sin provocación alguna, eso le estaba volviendo loco y al mismo tiempo le hería al saber que no había nada que él pudiese hacer para ayudar a su madre. — Deberías ir a descansar... — Dijo rodeando la mesa para tocar el hombro de su madre que permanecía con los hombros bajos y cubriendo su rostro con ambas manos en un llanto doloroso.

No me toques! Te odio! Te odio! — Se encontró con un fuerte manotazo que le obligó a retroceder y apretó los puños frustrado, extrañaba esas caricias pero sobretodo a esa mujer gentil que solía ser.

Bien... — Dijo sin más alejándose por completo de ella, caminando hasta la sala para tomar su chaqueta dispuesto a irse.

Dónde vas!? — Aquella voz femenina volvió a oírse con fuerza pero le ignoró. — ...No me dejes! — Esos ojos tristes le miraron suplicantes pero no se detuvo, estaba harto de esa situación y necesitaba estar solo aun que sea por un par de horas así que le abandonó para salir por la puerta principal. Ese momento no sabía que se arrepentiría por haberse ido era un adolescente estúpido y hormonal lo que le hacía susceptible a desear la soledad.

Había vagado por unos horas, jugando en los locales de Arcade y fumando detrás de alguna tienda de conveniencia con otro chicos que al igual que él perdían el tiempo esa noche. Aburrido y ya con la cabeza fría volvió a casa bastante tarde, las luces seguían encendidas y intuyó que quizás su madre había invitado a algún Alfa a pasar un rato pero al entrar y no escuchar ruido alguno se sintió extrañado.

No me llames Omega | Kookmin × Taejin |Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα