Capítulo 22: ¿Dónde estás? ¿Dónde estás? ¡Aquí estás!

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Capítulo 22: ¿Dónde estás? ¿Dónde estás? ¡Aquí estás!

18 de Febrero de 1994, Nebarap.

—Ya nos vamos.

Anubys mira con confusión a Eris que camina directo a la puerta.

—¿Qué? ¿A dónde?

—¿Sabes que fecha es hoy?—Anubys  niega.—Hoy se cumple un año desde que nos fuimos de esa casa de mierda, un año desde que vimos por última vez a esa basura llamada Marie. Querida amiga, hoy es el día tan esperado, le daremos una pequeña vista a nuestra amiga.—La sonrisa de Eris es maligna, la emoción recorre todo su cuerpo al igual que su corazón galopa al nivel de su adrenalina.

—¿Por qué no me lo dijiste? No me hubiese caído la noticia tan de sorpresa.—Anubys arregla todo con rapidez mientras habla.

—No puedo decirle a alguien que no está con los pies en la tierra. Mientras que estés tan rara no tendrás cabeza para pensar en nuestras cosas, no puedo ayudarte si no sé lo que ocurre, así que no puedes ayudarme si no me tienes confianza.

A esas palabras Anubys queda callada, prefiere guardarse por lo menos ese dolor para sí misma, Eris la ignora mientras las dos se dirigen a la puerta. La pelirroja ya comienza a oler la sangre y las lágrimas de una de las personas que la destrozó.

Por otro lado la vida de Marie Dupont se caía a pedazos, Dreik, uno de sus grandes amores seguía desaparecido desde el día de la llamada que tuvo con su prima, su día a día se basaba en consumir alcohol hasta caer en la inconsciencia. Se había mudado a un pequeño apartamento meses después de la última vez que supo de Eris, Clarissa paga todo ya que Marie no se dignaba a trabajar y a mantenerse por sí misma.

Marie días después de la llamada trató de buscar a su ex mejor amiga, pero se consiguió con la noticia de que estaba desparecida, ese día el miedo de que las amenazas de su prima fueran reales aumentó, dejándola muda y sin poder decirle a nadie sobre sus sospechas.

La castaña se encontraba tumbada en su cama, con lágrimas secas en su rostro y sangre corriendo por sus brazos manchando el color blanco de las sábanas ¿La razón de la sangre? Los cortes, esos que Marie se hacía para tratar de sentir algo, la soledad la ahogaba hasta el punto de odiarse por no ser como su prima, por no ser bella y exótica.

La envidiaba de sobremanera.

Dos meses habían pasado desde que la castaña había tenido contacto con su madre por última vez, y aunque Clarissa era la que pagaba las cuentas, Marie decidió cortar la conexión enfermiza que su madre tenía con ella.

En los ojos de la castaña se formaban nuevas lágrimas que fueron interrumpidas por el sonido ligero de un celular, pensó en no contestar e ignorarlo como usualmente hacia, pero reconocer el número de Dreik la hizo saltar de su cama y presionar el botón iniciando el contacto.

Dreik, amor, ¿Dónde estabas metido? Tienes a tu familia preocupada por ti y yo ya no quiero vivir sin tus besos, amor mío.

Del otro lado de la línea se forma un silencio que por alguna razón le eriza la piel a la chica.

Te lo dije.—Se escucha una voz lejana, el teléfono comienza a temblar en su mano a causa del miedo.—Atente a tus consecuencias, en el pasado fuiste la juguetona ahora te tocará ser el juguete.

Sin darle tiempo a responder la llamada se corta, Marie mira a la nada con su corazón latiendo en sus oídos, la chica se sobresalta cuando el celular comienza a vibrar, pero la llamada entrante era de otro número conocido por la castaña.

Eris.©Where stories live. Discover now