Capítulo 28: Un peligro inminente.

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"Ni la vida ni el tiempo me darían para agradecerte todo lo que has hecho".

Capítulo 28: Un peligro inminente.

La tensión era tan fuerte que se sentía a flor de piel, el miedo, el odio y la confusión eran algunos sentimientos que se unían en el ambiente.

Las lágrimas de Eris cayeron en las mejillas de Anubys, la cual abrió los ojos viendo la imagen de la pelirroja petrificada, sus ojos zafiros estaban asustados.

Eris soltó el cuchillo viendo toda la escena, no se creía que eso lo había hecho ella.

《Estuve a punto de dañar a mi única amiga》. Pensó incrédula.

¿Por qué volviste? ¡Me tenías que dejar terminar con ella!

Eris se alejó de la rubia, los charcos de sangre la envolvían, haciéndola sentir que el aire le faltaba. Se tiró en el suelo manchando más su vestido de aquel color carmesí proveniente de la sangre, tomó su cabeza entre sus manos y negó evitando observar más de aquella escena.

Esa eres tú ¿Por qué te niegas a ver lo que realmente eres? Susurraba aquella voz tormentosa.

《Yo no soy un monstruo》

Sí lo eres, lo demostraste en el momento que disfrutaste el sufrimiento de Marie.

Anubys se levantó del suelo, vio con pena como su amiga la ahogaba el miedo, estaba preocupada pero no podía evitar que el temor de un nuevo ataque la embriagara.

Se acercó con lentitud y tomando valentía se convenció para terminar de acortar de la distancia y sentarse al lado de la pelirroja que estaba sollozando.

Eris sintió el calor que producía la cercanía de la rubia e inmediatamente se alejó sorprendiendo a la otra chica.

—Aléjate de mí.—Su rostro estaba bañado en lágrimas de tristeza, Eris no merecía todo lo que ocurrió y todo lo que ha pasado a lo largo de su vida.

—Eris, estoy para ti. Quiero apoyarte.—Anubys trató de poner un poco menos de distancia, pero Eris levantó su mano pidiendo que se detuviera.

—¡Soy peligrosa, aléjate que no quiero hacerte daño!—Gritó Eris presa de culpa, aún tenía la imagen de como trató de lastimar a su amiga, a su compañera.

—No me interesa lo que seas, Eris. Yo estoy para sacarte de ese hoyo, porque somos amigas, y no somos la una sin la otra.

Eris estaba confundida, los gritos en su mente la aturdian, sus dedos rozaron con la cabeza mutilada del hombre llamado Gael, la pelirroja no logró retener el líquido que salió de su ser el cual venía teñido de rojo.

—¿Qué mierda soy? ¡Una persona normal no haría esto!

Eris lloraba, no quería vivir así, no quería vivir sabiendo que podía ser la causante de la muerte de Anubys.

—Entiende algo, Eris.—La pelirroja levantó la vista mirando a la rubia que sonreía en su dirección.—Deja esos pensamientos de lado, porque eres especial, eres especial por el simple hecho de buscar justicia cuando otros no lo harían.

Eris no lo veía así, Eris solo veía al monstruo en el que se había convertido.

La pelirroja se levantó de un salto corriendo en busca del cuchillo que había quedado a un lado cuando lo tiró, luego de despertar de su hipnosis. Y sin pensar trató de enterrarlo en su pecho con el fin de acabar con su sufrimiento, pero ese algo dentro de ella la detuvo.

Eris.©Where stories live. Discover now