Capítulo 31: Buenas noches, papi.

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Advertencia de contenido:

Este capítulo conlleva escenas explícitas de violencia y sangre, tiene canibalismo y otras cosas que podrían incomodar al público sensible.

Si ese es su caso, por favor no lea esta parte. El libro tiene advertencia +18 por los asesinatos a sangre fría. Evitemos problemas todos.

Capítulo 31: Buenas noches, papi.

"No podríamos definir la maldad como algo insano; la locura se desata cuando los demonios claman sangre y los santos caen cuando los humanos se rinden".

Raphael gritaba preso del dolor, de su cara emanaba sangre por la heridas de sus mejillas. Miró hacia arriba, fijando su mirada en la chica que tenía los dos trozos de carne y no pudo evitar que un escalofrío recorriera su cuerpo. Se fijó en sus ojos, estos se tornaban más oscuros de lo que ya eran, su cara se transformó en una más maquiavélica y esa sonrisa hizo que se le detuviera el corazón por unos instantes.

Estaba delante de un monstruo, estaba delante de la personificación de la maldad que se liberó cuando Eris vio la sangre entre sus dedos.

La pelirroja tentada por sus instintos mordió un trozo de las mejillas desprendidas dejando que el sabor de la sangre inundara su paladar, y para ella eso fue lo mejor que había probado en su vida. Ya no era Eris la que manejaba ese cuerpo, era ella que había decidido salir a jugar.

Anubys veía la escena, aunque en parte sabía que esa ya no era Eris, se divertía de igual manera al ver esa expresión horrorizada en el rostro del hombre que más detestaba.

—¿Qué pasa, Raphael? ¿Te comió la lengua un ratón?—Dijo la rubia en forma de burla, el hombre dirigió su atención en ella quitando su mirada de la mujer hambrienta que comía su carne de manera tan natural.

—¿Quién es ella? ¿Cómo puede...?

La pelirroja lo miró sonriente, ya sus dientes blancos estaban manchados de sangre y sus ojos zafiros estaban rozando el color negro.

—Soy un monstruo, que si no fuera por mi forma humana, estaría devorando tu cuerpo hasta dejar solo tus huesos.—La chica pelirroja tiró la mejilla que le quedaba al sofá donde se encontraban los huesos, ya el otro pedazo de carne pasaba por su sistema digestivo.

—¡Están locas! ¡Nadie racional hace eso!—El hombre gritó asustado, era fascinante para las dos chicas la imagen tan tétrica que daba al hablar, como podían ver cada uno de sus dientes a través de los agujeros realizados en su rostro.

—Haz silencio, Raphel. No querrás ser comido por ella.—Dijo Anubys señalando a la pelirroja que se había sentando en el suelo con las piernas cruzadas. A simple vista su belleza hipnotiza, pero la sangre cayendo en leves gotas por sus labios era algo completamente escalofriante.

Ella había salido a ver que se desarrollaba en este plan, a Eris la tenía bajo control dentro de su cuerpo. Por esa vez necesitaba saciar su curiosidad personalmente.

Au clair de la lune...—Comenzó a cantar levemente, su voz se acompasaba perfectamente con la melodía, pero la diferencia de la voz fría de Eris a la juguetona y maligna de ésta persona podía ser sorprendente.

El hombre tembló, el frío producido por la lluvia golpeaba con fuerza calando en sus huesos, la voz de la chica y la mirada celeste llena de odio lo hacían cuestionarse que sí en realidad esto estaba pasando. Parecía una pesadilla, una real pesadilla que él no tenía idea que apenas estaba comenzado.

Eris.©Where stories live. Discover now