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Cuando Minho perdió el conocimiento del todo, Jimin lo tuvo que cargar a su espalda, cuesta arriba por el monte, entre los árboles.

De alguna manera, en la que Jimin ni siquiera pensaba que fuera posible, habían sobrevivido durante el camino al bosque, logrando esquivar las bombas y los pocos disparos a fuego abierto.

Allí todo estaba en silencio, como si la naturaleza no supiera, o no quisiera saber nada, sobre las estúpidas guerras sin sentido entre los humanos.

Tras andar un buen rato encontró una especie de cueva pequeña y oscura, un buen escondite para dejar a Minho y volver con Taehyung para salvarse.

Le dejó apoyado con la espalda sobre la pared rugosa de roca. Al mover bruscamente la cabeza, abrió los ojos, cansado.

Jimin pensó que iba a morir ahí, solo y en sufrimiento. Estaba tan asustado como él y le costaba respirar. Miró a su alrededor, confuso. Le dio tanta pena que no pudo evitar el sentimiento de que se ahogaba en sus propias lágrimas, sollozando fuertemente. No podía retenerlas por mucho que lo intentara.

A Minho le habían destrozado el rostro, con alguna navaja o cuchillo y dejado medio ciego. Estaba desfigurado.

Entonces le perdonó todo, le dio exactamente igual lo que le hubiese hecho anteriormente, nadie debería sufrir una muerte como la suya.

Jimin le cogió de la mano con fuerza y le sonrió bajo sus ojos húmedos y llenos de lágrimas que brotaban sin parar.

El otro giró su cabeza hacia él y pareció sorprenderse un poco bajo el contacto de su mano, pero no le soltó. Hizo una mueca de dolor al incorporarse más, acercándose a él para decirle algo.

- ¿Te... vas...?

- No, tranquilo, estoy contigo.- Le dijo desesperado Jimin, sin parar de llorar.- Te pondrás bien, Minho, solo tienes que seguir respirando y abrir los ojos, ¿vale?

- Eres... una... nenaza...- Hizo una mueca parecida a una sonrisa que llenó el corazón del chico y le puso aun más triste. Jamás antes le había visto sonreír y puede que fuera la última vez.

- Sí que lo soy.- Le sonrió de vuelta.- Y eso que te gané todas las veces en las pruebas del campo de entrenamiento, ¿recuerdas?

- Cállate...

Sus fuerzas parecían deteriorarse a un ritmo sumamente rápido. Jimin le limpió el sudor de la frente con su muñeca y le impidió que hablara más. Debía hacer algo, lo que fuera para mantenerle vivo.

- Cállate tú. Tienes que sobrevivir para agradecerme que me haya arriesgado para salvarte, sino traerte hasta aquí no habrá servido de nada. Solo tienes que pasar la noche y por la mañana vendrán los...

- Nadie... vendrá, Jimin. Estamos... solos. Y voy... a morir.

- ¡No!- Se levantó de un salto.- ¡Voy a volver a por un botiquín! ¡No te dejaré morir! ¡Sé dónde puede haber uno!

Se giró corriendo hacia las profundidades del bosque antes de que el otro pudiera replicarle. Mientras pudiera hacer algo, no dejaría que nadie muriera.

Volvió al campamento y encontró la tienda del sargento Shin, donde seguro, habría algo de primeros auxilios. Sin embargo, estaba custodiada por dos enemigos haciendo guarida.

No supo si fue por la adrenalina del momento, el entrenamiento, su instinto o los consejos de Yoongi de tiro, que le sirvieron para cargar y disparar contra los dos hombres, y un tercero dentro, y salir victorioso con un botiquín.

Dio un par de vueltas en busca de Tae, pero no encontró más que montones de cuerpos esparcidos de sus hombres y algunos enemigos bajo sus pies.

Como le dijo a Minho, logró volver y le destapó la herida para curarle como pudo, con los pocos conocimientos médicos que poseía. Retiró las dos heridas de bala que tenía en el hombro y en el pecho y le curó la cara.

- Pensé que... no volverías. ¿Has... encontrado a tu... amigo?

- No, solo espero que esté vivo. He revisado cada rincón pero solo quedaban los cuerpos sin vida de los nuestros. Cuando se retiren al amanecer regresaré, si es que lo hacen.

- Qué... cabrones... hijos de... puta.- No solo escupió sus palabras, sino la sangre que emanaba de su boca.

- Hemos perdido. Demasiadas bajas. Muchos caídos.

- Lo... sabía.

- ¿Lo sabías?.- Le miró Jimin extrañado, pensando en las palabras que Yoongi le había dicho en secreto aquella vez en el gimnasio. Él ya le había advertido que algo ocurriría.- De alguna manera yo también, pero no me he dado cuenta hasta ahora.

- Sí... era... una trampa. Nos han regalado... a los del norte para que... nos despedacen. Alguna especie de... estrategia. 

- ¡Joder!.- Golpeó Jimin su mano en un puño contra el suelo.- Nuestro propio país nos ha traicionado.

- ¿Qué... nos... diferencia... con el norte ahora?

Jimin le sonrió sin muchas ganas, sabiendo que tenía toda la razón. Su propio país les había dado la espalda.

- Parece que te encuentras un poco mejor ahora, deberías dormir y coger fuerzas para mañana. Nos desplazaremos a otra parte por si dan con nosotros. Descansa ahora, yo haré guardia.

Jimin se puso de pie con dificultad, las piernas le temblaban levemente, por mucho que intentara ser fuerte, estaba aterrado.

- No... sé si podré. Pero... lo intentaré. Al menos un ojo... ya está... descansando.- No sabía que Minho tenía ironía y la conservaba incluso en momentos así, cosa que le gustó ya que le hacía sentir que podía mejorar.

- Duerme.

- ¿Jimin?- Le preguntó con un hilo de voz mientras se tumbaba en el suelo, con el ojo muy abierto, aterrorizado.

- Estoy aquí, no me voy. No estás solo.

- Jimin... si no sobrevivo esta noche... siento... todo. Y... por tu... amigo.

- Te perdonamos, Minho.

Éste último cerró los ojos y rápidamente Jimin le puso su mano en el cuello, para comprobar su pulso.

Se cayó de rodillas al comprobar que seguía vivo y le agradeció al cielo mirando el techo de la pequeña cueva.

Tendría una larga noche de vigilia por delante, pero no le importaba, no con todo en lo que tenía que pensar. Llenaría su cabeza de pensamientos para evitar dormirse y comprobaría a cada tiempo el pulso de Minho.

También se disculpó a Tae en silencio, deseando que estuviera respirando y escondido en alguna parte. Se prometió que al día siguiente iría a buscarle y le encontraría a cualquier precio.

Bulletproof • Yoonmin •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora