Comenzó a correr a toda velocidad en línea hasta llegar a unas ruedas de coche que había esparcidas en el suelo, las cuales esquivó en zig zag en cuestión de segundos. Se arrastró por debajo de unas cuerdas en forma de red al nivel de sus rodillas, clavándose las piedras y ensuciándose entero de barro.
Fue hacia el siguiente obstáculo: la barrera de cinco metros de alto. Se agarró fuertemente a la cuerda pese a que le producía graves rozaduras en las manos, para impulsarse a subir con los pies contra la pared. Paso a paso consiguió llegar a la cima, notando como todos los músculos en los que ejercía esfuerzo le quemaban. En el tope, diriguió su cuerpo hacia el otro lado y miró a su alrededor. No había nada en lo que aterrizar salvo el duro suelo y el lodo.
Echó un rápido vistazo hacia el sargento, que lo retaba con la mirada. Entonces supo que debía tirarse o no superaría la prueba.
Sin pensárselo demasiado, dejó caer su cuerpo al vacío, cayendo de pie en perfecta sintonía. Sus piernas le dolieron y le entorpecieron un poco en el siguiente obstáculo, que debía esquivar, pero finalmente lo consiguió.
Solo le quedaba dar una última vuelta a todo el campo esprintando y acabaría. Su respiración se paró de repente mientras escuchaba los gritos de los hombres que le animaban alzando su voz al viento, coreando con emoción su nombre.
Cerró los ojos y apretó los dientes para continuar adelante. Aceleró dando la vuelta y, cuando estaba a punto de girar y llegar a la meta, sus piernas le fallaron. Ya no las sentía, se había excedido demasiado.
Tuvo que reducir la marcha por un segundo, mientras caminaba, se apartó el flequillo lleno de lodo y sudor hacia atrás y se limpió la cara con su puño y muñeca.
No podía más, notaba que se iba a desmayar y entonces se giró hacia los hombres que lo animaban, entre ellos divisó a Kim Taehyung, dando saltos y lanzando su mano al cielo, notó que sus labios voceaban su nombre.
Aquello le dio la adrenalina que necesitaba. Pegó un grito desgarrador mientras corría a toda velocidad y derrapaba sobre el lodo en la curva con sus propio pies. Al llegar al final, se tiró de rodillas y agachó la cabeza, medio muerto.
Todos se reunieron a su alrededor y le levantaron, felicitándole. No solo los de su grupo estaban impresionados, sino los que ya estaban instruidos.
Taehyung le cogió por el brazo y lo apoyó en su hombro, mientras le decía lo impresionante que había estado. Jimin le sonrió y revolvió el pelo a su amigo mientras trataba de recuperar la respiración.
Cuando llegó delante del sargento Shin, su rostro se volvió serio y todos callaron, esperando su veredicto. Parecía tener un rostro pensativo, pero con mal genio, como siempre. Jimin no supo si le iba a felicitar o castigar.
- Te has excedido demasiado, cadete 276, ve a quitarte todo el barro y curarte las heridas. No valdrás de nada si estás herido o enfermo.
Jimin asintió y se despidió con el saludo militar. Taehyung le preguntó si quería que le acompañase pero él se negó.
Cuando llegó a los vestuarios se desvistió y se duchó. Tenía barro y sangre por todas partes. Se dio cuenta entonces que las piedras por las que se había arrastrado le habían dejado leves cortes sobre las piernas y los brazos, nada grave.
Acabó y se sintió como nuevo, aunque estuviera molido. En la enfermería le curaron sin mucho esmero y decidió descansar en la camilla hasta la hora de la cena, la cual no tardaría en llegar.
Cerró los ojos y durmió como si estuviera de nuevo en su cama, en su propia casa. No supo si se despertó por el olor que entraba por la puerta de la enfermería a comida o porque estaba hambriento pero se levantó de un salto y siguió su esencia.
Llegó a lo que parecía ser el comedor abarrotado de largas mesas de madera vieja y muchas sillas, estaban llenas de hombres y bandejas con dosis iguales, ni más comida ni menos.
Nada más cruzar la puerta, todos se giraron y comenzaron a murmurar entre sí, mirándolo con descaro. Otros le volvieron a felicitar y a gritar su nombre. Unos que parecían muy fuertes y preparados incluso le ofrecieron sentarse con ellos, pero él rechazó la oferta con amabilidad.
Buscó a su amigo que se encontraba cenando en una mesa aparte, sin compañía, en un rincón. Se sentó frente a él y, al darse cuenta de que Taehyung no le había visto, le robó un trozo de zanahoria de la bandeja y se lo llevó a la boca.
- ¡Eh, Jimin! ¡Has estado alucinante, no tengo palabras!.- Le sonrió ampliamente hablando con su voz grave.- ¿Sabes que fuiste el único capaz de acabar el recorrido, de entre los 300 hombres? Todos hablan de ti, eres famoso ahora. Me alegro de que te hayan vendado las heridas, te hace parecer más rudo.- Comenzó a poner caras mientras contraía los músculos inexistentes de sus brazos, haciéndole reír.- Ah, espera, no te muevas. Te traeré una bandeja con comida.
Le dejó solo y, mientras esperaba, se dedicó a jugar con la cadena que colgaba de su cuello, con su número.
El sargento Shin apareció empujando las puertas del comedor con fuerza y se plantó en medio, parecía que tenía algo importante que decir.
- Atención, reclutas. La próxima semana vendrá un reducido grupo de las fuerzas especiales que está combatiendo en territorio norcoreano. Sentiros orgullosos y afortunados de poder conocer a hombres de tan alto cargo, que vendrán a recuperarse por unos días tras recibir un ataque sorpresa por esos malditos hijos de puta del norte. Puede que les veáis rondando por el campamento, así que no les molestéis. Puede incluso que tengan la amabilidad de contarnos sus experiencias en el campo de batalla alguna noche. Eso es todo, podéis seguir cenando como cerdos mientras hombres como ellos luchan sin descanso. Mañana a las cinco todos en pie.
Se fue dejando a todos con los palillos entre las manos y sin ánimo para hablar demasiado. Se sentía inútiles, como bien les había recalcado el sargento Shin.
Taehyung le trajo la bandeja, con un poco de gachas de arroz y zanahoria, pero a Jimin se le habían quitado todas las ganas de comer.
- Come aunque sea un poco Jimin, te lo mereces. Nos has salvado a todos de la rabia del calvo mostachón del teniente Shin.
- No tengo mucha hambre, Taehyung.
- Si dejas de comer, yo también lo haré, hermano.
Se cruzó de brazos y le miró con complicidad. Jimin suspiró, cansado, no podía dejar a ese chico sin su cena. Se obligó a comer un poco para que el otro pudiera acabársela y, cuando lo hizo, soltó los palillos, pese a los reproches de su amigo.
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Bulletproof • Yoonmin •
FanfictionUna terrible guerra se desata entre Corea del Sud y Corea del Norte. Se requiere la presencia de todos los soldados en el campo de batalla. Min Yoongi está luchando en las fuerzas especiales por proteger al país de la invasión norcoreana. Park Jimin...
