Les despertaron al alba para cambiarse e ir a desayunar al comedor. Tae seguía durmiendo en su catre profundamente, abrazado al cojín y con las mejillas escarlatas. Jimin tuvo que sacudirle ligeramente de los hombros y quitarle el cojín para que se levantara, medio dormido y babeando.
Fueron al baño con los ojos entrecerrados, sin mediar una palabra, bostezando. Se lavaron la cara con fervor y se despejaron. El grupo de hombres que les odiaban y se creían, de alguna manera superiores a ellos, aparecieron para quitarle el cepillo de dientes a Taehyung de la mano y lo lanzaron al váter. Tiraron de la cadena riéndose a carcajadas mientras Tae se quejaba sin hacer nada más que poner una cara triste.
Jimin, que estaba a su lado, se giró y se encaró a ellos sin ningún miedo.
- ¿Qué crees que haces tirando el cepillo de mi amigo?
- Mirar, ha venido el novio a protegerle. Dicen que los maricones son como las chicas, no saben pelear. - Dijo el más mayor del grupo, acercándose a él. Supo que se trataba de un tal Minho, un hombre que concentraba todo el odio del grupo.- ¿Quieres intentarlo conmigo?
- No, gracias. Preferiría salir con Tae si fuera gay que contigo.- Les hizo callar a todos y sonrió con suficiencia.- Y, respecto a la pelea, ¿quieres pelear aquí o te espero fuera? A todos les encantará ver como te rompo la barbilla contra el suelo.
En cuestión de segundos los tres hombres se echaron contra Jimin, que esquivó sus golpes con facilidad. Hasta que uno le alcanzó en la mejilla y le tiraron al suelo para pegarle un par de patadas en el estómago.
Vio desde el suelo, sin poder defenderse y retorciéndose de dolor, como los tres hombres iban a por él. Pasaron solo unos minutos de dolor intenso hasta que el sargento Shin apareció detrás de su amigo.
Éste corrió hacia él, levantándole con cuidado y llevándole hasta la enfermería, dejando al sargento gritando detrás de ellos. En seguida varias enfermeras le curaron las heridas y le dijeron que, por suerte, no tenía heridas muy graves. Después le dejaron solo con Taehyung, que se sentó al borde de la camilla.
- Jimin, siento tanto todo esto. Ha sido por mi culpa, si tan solo fuera la mitad de valiente que tú, habría luchado a tu lado. Perdóname.
- Fuiste a por ayuda, que es igual de útil. Ya habrá tiempo de luchar en la guerra, reserva tus fuerzas, Tae.
- Tienes que descansar, aunque digan que no son graves las heridas, he visto los moretones que tienes en las piernas y las costillas.
- Estoy bien, de verdad. Tenemos que volver a desayunar, no quiero que vean que estoy herido y me han hecho algo de daño. No les demos esa satisfacción.
Tae se levantó y él también se puso de pie. Antes de llegar al comedor, Jimin le cogió del brazo y le giró hacia él.
- Tae, prométeme que si te vuelven a molestar cuando yo no estoy, me lo dirás.
- Te lo prometo. Ahora, vamos, he oído que el grupo de fuerzas especiales ha llegado esta mañana, así que no llamaremos la atención si entramos.
Abrieron la puerta del comedor sin hacer mucho ruido y, en efecto, nadie se percató de su presencia. Todos los hombres desayunaban sus gachas y hablaban entre sí, fijándose en una única mesa, donde otros cuatro hombres comían tranquilamente sentados junto al sargento Shin y otros dos sargentos de alto rango.
Taehyung fue a por su bandeja de gachas mientras él se quedaba mirando su reflejo en la suya, vacía. Tenía un pequeño corte en la mejilla, ojeras que resaltaban sus ojos marrones y un moretón azulado en la clavícula. Su aspecto era un poco deplorable e iba a peor según pasaban los días. Paseó su placa de cadete entre sus delgados dedos mientras observaba a aquellos hombres, como todo el mundo hacía a su alrededor.
Los cuatro eran fuertes, masculinos y vestían otro uniforme diferente al suyo. Tres de ellos charlaban animadamente con sus acompañantes, excepto uno.
Éste llamó su atención al momento, masticaba lentamente el desayuno, con una sonrisa sarcástica. Parecía como si todo lo que sucedía le diera igual, y como si lo último que quisiera fuera estar ahí sentado. Cada vez que le hacían una pregunta o le comentaban algo respondía secamente, mirando con sus ojos rasgados y fieros. Le sorprendió que su pelo fuera rubio platino, de entre todos los presentes que debían tenerlo de color negro obligatoriamente. Pensó que las reglas serían diferentes para los de más alto rango. Lo llevaba con una bandana negra y había cortado las mangas de la camiseta de su uniforme militar, quedando con los brazos y parte de las costillas al descubierto. Su placa brillaba sobre el pecho, pero Jimin no logró visualizar su nombre en ella. Supuso que sería el chico del que tanto hablaba el sargento la noche anterior.
- Wow, ¿has visto a esos hombres? Desprenden un aura totalmente diferente, ¿no crees?.- Habló Tae de repente a su lado, haciéndole saltar del susto.- Increíble.
- No sabía que estabas ahí. Habrá que ver como combaten para comprobar lo buenos que dicen ser.
- Oh, vamos, sabes que son buenos solo con verlos ahí sentados. Parece incluso que coman las gachas de otra manera a la nuestra...
- Venga ya, Tae.
- ¡Atención!.- El sargento Shin se levantó de la mesa, dando un golpe.- Os quiero ver fuera en diez minutos. Comenzamos el entrenamiento antes y vais a tener el privilegio de ser evaluados por el grupo de fuerzas especiales.
<<Genial>>, pensó Jimin mientras todos corrían a deshacerse de los restos de su bandeja y correr al campo de entrenamiento.
Tae y él llegaron de los últimos, tomándoselo con calma. Lo que menos quería era entrenar tan temprano y menos con ese par de idiotas que se creían semidioses, juzgándole.
El sargento les explicó que se dividirían por grupos, cada uno dirigido por dos hombres de las fuerzas especiales. También les explicó en qué consistía el entrenamiento: había preparado un campo de tiro. Vio de reojo a Tae tragando fuertemente saliva, al ver como repartían las armas de fogueo.
Jimin sabía lo que significaba aquello, iban a disparar. Él nunca había sostenido un arma entre sus manos y le pareció de lo más pesada.
Shin les enseñó cómo debían apuntar y recargar. El que mejor lo hiciera, ganaría una clase de entrenamiento especial con uno de sus instructores. Todos comenzaron a sonreír halagados por la oferta, hasta Taehyung, que sus nervios se habían reemplazado por honor.
Jimin suspiró, mirando al cielo con cansancio. Con suerte se le daría mal y no tendría que soportar una clase entera para él solo.
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Bulletproof • Yoonmin •
FanfictionUna terrible guerra se desata entre Corea del Sud y Corea del Norte. Se requiere la presencia de todos los soldados en el campo de batalla. Min Yoongi está luchando en las fuerzas especiales por proteger al país de la invasión norcoreana. Park Jimin...
