Taehyung se acercó a preguntarle si estaba bien después de la violenta actuación que había presenciado. Habían ido a cenar y su amigo parecía estar en otra parte, ni siquiera contestaba a los demás cadetes, que se acercaban a su mesa a felicitarles por su puntuación. Intentó incluso hablar con él de otras cosas pero no funcionó.
Al ver que Jimin todavía no reaccionaba a sus palabras, cuando acabaron le llevó a rastras hasta los dormitorios y le dejó en su cama. Sintió que debía decirle algo pero no sabía cómo hacerlo.
- Jimin, ¿estás bien?.- Le preguntó por fin, mirando su muñeca algo roja.
- Sí, no es nada.- Respondió el otro con la mirada clavada en su placa metálica.
- Ese tío se ha pasado bastante, deberíamos ir a hablar con el sargento Shin o algo.
- No, de verdad que estoy bien.- Al hacer contacto visual supo que hablaba en serio.- Ese tal... Min Yoongi, me había mirado como si... como si... estaba...
- ¿Como si qué?.- Taehyung se preparó para acostarse en la cama, haciendo rebotar los muelles.
- No importa. Buenas noches, Tae.
- Hoy ha sido un día raro, más incluso que cuando soñé que era un alienígena con cabeza de corazón y grandes labios amarillos.
Jimin trató de cerrar los ojos pero cada vez que intentaba dormir, su cabeza revivía el momento de Yoongi, él y la pistola. Dio mil vueltas intentando encontrar la posición perfecta en la que poder descansar. Incluso el hombre que dormía arriba de él se quejó susurrando de sus ruidos, pero él no paró. Su cabeza iba muy deprisa, repasando cada detalle para encontrar una pista del por qué Min Yoongi había hecho aquello. Pensó en su mirada, como anteriormente le había mencionado a Taehyung, la cual le había parecido desesperada tras sus ojos rasgados.
En ese preciso momento dejó de oír el ruido de la pistola al disparar las balas, el graznido de los pájaros y los comentarios de los cadetes. No le importó la presión que ejercía sobre su muñeca. Lo olvidó todo para centrarse en él. Le pareció que Yoongi escondía una tremenda tristeza y oscuridad oculta tras su rostro enfadado y como si no le importara nada.
Sumido en sus pensamientos acabó durmiendo durante una hora y media, hasta que despertó en plena noche, después de tener una pesadilla que le hizo saltar de la cama con la frente sudorosa y las manos temblando.
Necesitaba beber agua y tranquilizarse. Supuso que había tenido una pesadilla del mismo cansancio, pero no recordaba de qué trataba.
Fue sigilosamente por las esquinas hasta el comedor y se sirvió en una taza limpia un poco de agua fresca.
Se sentó en una de las mesas vacías y se pasó una mano por el pelo, pensativo. Quedó así por unos largos minutos hasta que alguien habló a sus espaldas.
- De todas las personas que hay aquí, me tenía que encontrar contigo.
Jimin dio un brinco y tiró la taza del susto. No había visto venir al chico que había aparecido de la oscuridad. Avanzó hasta él, rodeándole y sentándose en frente.
Min yoongi tenía el pelo rubio revuelto y cara de estar medio dormido, vestido todavía con su uniforme marrón.
- No puedo dormir bien.
Jimin se encogió, subiendo las piernas a la banqueta donde estaba sentado y las abrazó atrayéndolas hacia sí, descansando la cabeza en una de sus rodillas.
- Siento haberte creado un trauma antes de meterte en la guerra.
- No es por ti.- Se molestó Jimin, entrecerrando los ojos. Bueno, en parte fue por la pesadilla, así que no mentía del todo.- ¿Y qué haces tú aquí? Pensaba que vosotros dormíais arriba con los sargentos.
Yoongi se encogió de hombros, mirando hacia otra parte.
- Me gusta pasear de noche, tengo mucho en qué pensar. Debe ser un castigo.- El misterio parecía no desaparecer nunca con aquel chico.- A lo mejor me pienso en decirle a tu sargento que andas por ahí a escondidas, desobedeciendo...
- ¡No!.- Gritó él, dándose cuenta después y hablando en voz baja de nuevo, sacando al otro una sarcástica sonrisa de un segundo. Eso le pareció extraño después de verle serio y enfadado todo el día. Jimin intentó tapar su boca con sus manos, acercándose por encima de la mesa, pero después lo pensó mejor, ya que no tenía tanta confianza con él, y las bajó.- No, oye, yo podría hacer lo mismo con tu superior.
- Nunca te das por vencido, ¿eh?
Su voz se volvía ronca de vez en cuando y eso distraía a Jimin, debió ser porque era muy tarde y parecía tan cansado como él, pero con el mismo problema de insomnio.
- Tengo una pregunta, ¿tu nombre es Min Yoongi, verdad? ¿Cuántos años tienes?
- Eso hacen dos preguntas, pero sí. Tengo 24 años.- Parecía sorprendido por la repentina pregunta personal.- ¿Y tú?
- ¿24 años? Parece que tienes mi edad, 22.
- Qué pequeño, en todos los sentidos.- Se burló de él levantando una ceja, haciéndole apretar los labios.
- Tú tampoco es que seas muy alto.- Le amenazó Jimin señalándole con la mano.
Entonces el otro reparó en su muñeca, cambiando su rostro divertido por otro más adulto, serio. Y quedó en silencio. Jimin notó que había mirado la pequeña marca roja y la escondió debajo de la mesa rápidamente.
- Debería volver arriba.- Se levantó para marcharse silenciosamente, tal y como había llegado.- No tardes demasiado en volver a los dormitorios o se enterarán de que faltas.
- Tranquilo, sé cuidarme de mí mismo, Min Yoongi.
- Mañana a las siete en el gimnasio del segundo piso. No tardes.
- ¿Qué? Ah, la clase, sí.- Notó como sus mejillas empezaban a arder del repentino calor y se echó el flequillo hacia atrás, disimulando para que no se diera cuenta.- Estaré.
- Buenas noches, Park Jimin.- Dijo antes de desaparecer por completo en la oscuridad como un gato.
<< ¿Cómo sabe mi nombre?>>, se quedó pensando Jimin por el resto de la noche. << Y, ¿cómo es que su actitud había cambiado radicalmente?>>.
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Bulletproof • Yoonmin •
FanfictionUna terrible guerra se desata entre Corea del Sud y Corea del Norte. Se requiere la presencia de todos los soldados en el campo de batalla. Min Yoongi está luchando en las fuerzas especiales por proteger al país de la invasión norcoreana. Park Jimin...
