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Apenas se dio cuenta, camino al famoso lago de Gravity Falls que el Cipher traía una canasta de esas que ha visto que usan las parejas.

Pudieron haber ido en la camioneta del rubio pero el lugar tampoco quedaba lejos de ahí. Una vez ya localizado un perfecto lugar para admirar admirar el paisaje del reflejo de la luna en el hermoso lago, sentados en el pasto no sin antes acomodar una manta como suele ser en los picnis. Ayudó al rubio a sacar la merienda, para su sorpresa Bill había sacado unas velas de colores para iluminar un poco más el lugar y  hacerlo romántico. Obvio una vez encendidas por algún fósforo.

—Antes de empezar, te traje unos obsequios.

—Oh gracias Bill, perdona pero por no traer nada.

—No te preocupes pino.— sonrió para entregarle un ramo de flores que el castaño jamás había visto. Eran de un color muy inusual. Como el color que tiene el espacio estrellado. Pero en el centro parecía radiar como una pequeña estrella fugaz. Aparte de ello una caja de todo tipo de chocolates y bombones. Ah y un tierno osito.

—¿De dónde sacaste estas flores?— dijo con sorpresa y admiración. Le había gustado mucho el detalle. Las olió. Una combinación jamás imaginada. Como algo que le proporcionaba un calor extraño. Pero a la vez al olor de todas las flores que pueden existir.

—Oh son únicas y solo se pueden encontrar en dos lugares de la tierra. Gravity Falls y Haudini. Aunque aquí no son muy conocidas ya que se encuentran muy ocultas y en una zona peligrosa. Se les llama según averigüe gracias también a tu tío Ford, constelación. Supongo que por la imagen y el delicioso fantástico olor que desprende. Además su textura es un poco diferente a la de cualquier flor. Si es suave como alguna tela pero a la vez extraña.— explicó Bill con una sonrisa encantando por la imagen de Dipper sonriendo ante los obsequios.

—Muchas gracias Bill pero de verdad, no te hubieses arriesgado por algo así.— comentó con preocupación a que le hubiese sucedido algo.

—Por ti vale la pena. Al parecer no son mortales o algo parecido. Solo son indicadas para mostrar su belleza y quizás tenga algún otro uso que aún no ha sido descubierto.— añadió el Cipher mientras comenzaba a repartir la comida, y el refresco en vasos de plástico.

—Huele afrodisíaco en realidad, solo un poco. Pero siento que si estuviésemos  rodeados de cientos de estas en algún campo, si sería lo suficientemente fuerte para enloquecer.  — sonrió divertido.

—A la próxima me encargaré de traerte miles de ellas en nuestra luna de miel.— dijo coqueto sonrojándo al castaño.— ¿Te gustó el peluche? Sé que es algo infantil pero... No me resisti a traer algo adorable junto a algo mucho más adorable.

—Si me gustó Bill.— Dijo para tomar un hot dog de lo que le había repartido el mayor junto un vaso de refresco.— Lo llamaré Pánfilo.

—Eres muy buenos con los nombres.— opino divertido.

Siguieron charlando diversos tema de su interés admirando la vista enfrente suyo mientras comían, hasta incluso los chocolates que trajó Bill el cual Dipper insistió en compartir. De un momento a otro el rubio yacía en las piernas del castaño y este acariciando sus cabellos con una cariñosa sonrisa que parecía ser difícil de borrar.

¿Dónde estaba el desconfiado y amargado Dipper? Al parecer había desaparecido al pasar un momento tan cómodo y agradable con Bill. Aunque aún no caia en los encantos de este.

—Dipper, quiero que seas mi novio.

—...¿A qué viene eso de repente?— preguntó nervioso. Le incomodaba un poco que preguntara aquello interrumpiendo un momento tan cómodo entre ellos.

"Summer Love" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora