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--¿Que?-- dijo el castaño arqueando un ceja.

--Dije que.... Gracias... por h-haberme ayudado. -- tartamudeo un poco. Era la primera vez que él le daba las gracias a alguien, ni siquiera con su hermano lo hacía, ya que de alguna forma su hermano era su... hermano.

--Supongo que esta bien. -- agregó sin mucha importancia.

--Hay que regresar. --

--Lo sé, pero estoy algo cansado, estuve caminando por un largo tiempo. --

--Mm... Bueno, entonces nos quedaremos aquí por unos diez minutos más. ¿Bien?--

--Bien.--

Dipper saco un paquete de galletas de chocolate, junto a una botella de agua. Bill se lo quedó viendo con cara de "Quiero galletas", Dipper lo notó, suspiro algo irritado y hablo.

--¿Quieres?-- por dentro, Dipper esperaba que dijiera que no.

--Si, si quiero. -- sonrió algo burlón.

--Mmm.... -- fue lo único que pronunció Dipper.

El paquete de galletas traía un total de trece galletas, por lo que a ambos le tocarían seis y seis, y sobraría una, luego vería que hacer con aquella.

Segundos más tarde...

--Tengo sed. -- comentó el rubio. Dipper lo miro un tanto serio, o quizás neutral.

El castaño pareció pensarlo un momento, sacó la última botella que le quedaba de agua y decidió dársela al rubio.

--Gracias...-- Bill estaba enfermo, volvió a dar las gracias y a la misma persona. ¿Que rayos le pasaba? No, el problema no era Bill... quizás el problema era que Dipper era muy amable.

Quizás ya no le caía tan mal el castaño.

--Y dime Bill... ¿Que hacías en el bosque?-- preguntó Dipper buscando un tema de conversación. Estaba muy aburrido y el silencio incómodo no ayudaba

--Explorar, pensé buscaría algo de diversión. Y ya veo que no. -- dijo mientras apuntaba su ojo derecho, riendo en tono de broma. A Dipper no le pareció gracioso.

--¿Cómo fue que te paso eso?-- preguntó más interesado, pero seguía con su expresión neutral.

--Am, pues... mientras caminaba sin darme cuenta me tropecé y... ¿ves eso?-- le pregunto a Dipper apuntando hacia aquella pequeñísima zona donde había unos cristales.

--Si. -- a sintió haciéndose alguna idea de lo que había ocurrido.

--Había un cristal en el centro que era el más largo de todos y cayó justo en mi ojo. Los otros no me alcanzaron por que logre detenerme a tiempo o algo así. El caso es que tuve suerte de que no me haya sacado el ojo. --

--Si que la tuviste. -- comentó.

--Y logré sacarme el cristal. De hecho lo tengo guardado, quizás me sirva para algo. --

--Mm, como digas. --

Quedó la ultima galleta, tuvieron que partirla a la mitad.

--Ah, también me encontré esto. --Dijo dejando ver al menor un Diario, este al instante se lo quito para ojearlo.

--¡Wow!-- se veía muy emocionado, e interesado.

Ambos empezaron hacer teorías y hablar sobre aquel misterioso Diario lleno de misterios. Era una conversación animada y fluida.

"Summer Love" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora