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Había pasado al rededor de una semana donde habían conocidos algunas criaturas sorprendentes.

Gnomos, un multioso, el monstruo del lago y una pareja vieja de fantasmas que habitaban en un super. Ahí habían sido acompañados por Wendy y sus amigos. Además de que también se les unió Candy y Grenda.

Aunque durante esa semanas sentían que Stan les ocultaba algo que ningúno podría imaginarse. Que tenía alguna clase de cuarto secreto en alguna parte de la cabaña, o quizás ya estaban delirando.

En fin, el grupo vivían sus extrañas pero divertidas aventuras día a día. Gideon tratando de conquistar a Mabel, está tratando de ignorarlo y seguir molestando a su hermano con su novio, Candy y Grenda fangirleando al Pines menor con el Cipher mayor, Will dejando de ser tan tímido y sensible, y claro,  la joven pareja disfrutando cada momento junto al otro.

(...)

Los cuatro se encontraban (digo cuatro ya que Gideon estaba muy ocupado para ir con ellos en asuntos privados) en una clase de feria del pueblo. Y Candy y Grenda por asuntos familiares.

Mientras Will y Mabel pasaban junto a un rebaño de cerdos, Bill y Dipper caminaban tomados de las manos mientras comían helado.

Una que otra mirada desconcertada se topaban las cuales ignoraban (ya era costumbre) pero la mayoría eran miradas de personas comprensivas y amables que los alentaban en su relación.

Dipper pensó por unos segundos que era una lástima que la gente del pueblo no era la misma que los de la ciudad, o peor aún, que sus padres. Un suspiro triste y frustante salió de sus labios el cual no pasó desapercibido por el ojo del rubio quién lo miró alertado.

¿Sucede algo Pino?

Nada Bill.— respondió intranquilo.

¿Seguro? Dipper, somos pareja y debes confiar en mí.

— Mmm... Tienes razón. Es sólo que... Pienso en mis padres. Ellos son... Homofóbicos y no quiero que si se llegan a enterar de mi relación me separen de tí. — en sus ojos se apreciaban la tristeza que sentía. A Bill le partía el alma verlo así aunque no negaría que seguía viéndose lindo con esa carita de cachorro triste.

— Ya veo... Pero no tienes por qué preocuparte. Jamás harán que me separe de ti.—le dijo sonriendo para alentarlo.

— Hehehe sonó muy cursi.

Estando contigo me vuelvo tan cursi como el vampiro de crepúsculo.

— Te quiero B-Bill.dijo tímido y con un rubor en sus mejillas. Pero seguro de sus palabras.

Me alegra saberlo.

Rato después, Bill y Dipper habían llegado a un puesto que les llamo la atención; éste consistía en derivar una pirámide de botellas y sólo te daban una pelota. El premio podía ser lo que sea que se encontraba en la tienda como accesorios para celulares, almohadas, peluches, gorras, bufandas, pulseras, balones, etcétera.

Al Pines le llamó bastante la atención un peluche muy extraño pero para sus ojos y el del rubio muy adorable. Aunque para ellos lo extraño y raro era siempre hermoso. Era un animal de un especie indefinida.

—Oh Bill, quiero ese peluche. No sé que sea pero lo quiero. — dijo realmente emocionado. Sus ojos brillaban como un lindo  niño pequeño que quería un nuevo juguete.

Déjame a mí pino. — dijo sin pena con un tono engreído a lo que el castaño sólo arqueo la ceja pero sonrió levemente por el comportamiento tan engreído de su novio. —Uno por favor. — pidió al empleado. Un hombre robusto pero tenía aspecto amable.

"Summer Love" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora