Bulletproof • Yoonmin •

• 7 •

Aquello le recordó que debía estar a las siete de la tarde en el gimnasio, donde tendría la clase particular con Yoongi.

Quiso contarle a su amigo el extraño comportamiento de éste la noche anterior pero se dio cuenta de que llegaba un cuarto de hora tarde. Se despidió de él y salió corriendo hasta subir las escaleras.

Una vez allí buscó el letrero que le indicara donde estaba el gimnasio. No tardó en encontrarlo ya que preguntó a uno de los sargentos que le indicó que estaba al final del pasillo y él abrió la puerta corredera, de par en par por las prisas.

Un gran tatami cubría el suelo de madera, frente a unos espejos, rodeado de instrumentos para hacer ejercicio y máquinas. Sin duda se preguntó por qué aquel gimnasio estaba desaprovechado, ya que los cadetes podían ejercitarse mucho mejor que en el campo de entrenamiento.

Vio a Yoongi parado de pie, de espaldas a él, con otra de sus bandanas sobre la cabeza y ropa de deporte, una camiseta de manga ancha, negra, y un pantalón igual, por encima de las rodillas. Iba descalzo así que Jimin le imitó en silencio y se quitó las botas.

Carraspeó para hacerle saber que había llegado, haciendo que se girara en su dirección.

- Llegas muy tarde, cadete 276.

Parecía realmente enfadado con él al nombrarle por su número, aunque solo llegaba un cuarto de hora atrasado, Jimin sabía que lo había hecho mal, así que hizo una pequeña reverencia que le pareció más que convincente mientras susurraba:

- Solo quince minutos.

Se levantó con una agradable sonrisa que intentó traspasar el enfado de su superior y salirse con la suya.

- Veinte flexiones.- Le ordenó Yoongi, de brazos cruzados.- Apréndete que a Min Yoongi no le gusta esperar a otros.

- ¿Es un castigo o parte del entrenamiento?.- Se atrevió a decir a la quinta flexión.

- Cállate y hazlo. No tengo toda la tarde.

Le obligó a calentar en un silencio incómodo antes de empezar con la clase, ninguno de los dos dijo ni una palabra hasta que acabó.

- ¿Qué sabes de la guerra, Jimin?

- La guerra...- pensó jadeando, llevándose la punta de la camiseta para secarse el sudor de la frente, mostrando parte de sus abdominales.- pues lo básico... Corea del Norte contra Corea del Sur... primera ronda de cadetes, caída. Nosotros somos la segunda ronda, así que debemos hacerlo bien, somos la esperanza de nuestra Corea.

- No tienes ni idea de nada.- Yoongi le dedicó media sonrisa con tristeza, que se esfumó de su rostro al instante.- Te van a enviar como carne de cebo, Jimin, junto a los otros. Tratan de hacer una táctica sucia. Tienes que ir con cuidado.

En ese momento alguien entró por la puerta, haciéndole callar de golpe y separándose un metro y medio de él.

- Perdone, Min, no sabía que estaba usando el gimnasio ahora.- Dijo el sargento Shin, fijándose de pronto en su acompañante.- ¿Es ese...? ¡Cadete Park Jimin! ¿Has ganado tú lo de la clase?

- Así es, cierra la puerta al salir.

Jimin se sorprendió al ver que Yoongi tenía un rango más alto que Shin, pese a ser mucho más joven, y podía hablarle informalmente. El sargento se rió, claramente incómodo, y se fue mirando mal a Jimin, cerrando la puerta como le había ordenado Yoongi.

- ¿A que se refiere con carne de cebo, señor Min?.- Le habló nervioso, con la cabeza gacha.

- ¿Por qué me hablas formalmente de repente?

- Me acabo de dar cuenta de que eres un superior.- Se agachó dramáticamente, haciendo una enorme reverencia hasta quedar doblado.

Pudo escuchar la suave risa de Yoongi, que le cogió de los hombros y enderezó a Jimin hasta quedar muy cerca.

- ¿Y desde cuándo eso te ha importado?

Su cabeza estaba cada vez más cerca de la suya, provocando que Jimin tragara saliva, nervioso. Yoongi era todo en lo que Jimin podía pensar en ese momento, todo a su alrededor se había desvanecido.

- Yo...

Antes de darle tiempo a sonrojarse, Yoongi le cogió súbitamente del brazo con cuidado, donde tenía una fina venda que cubría su muñeca.

- Siento haberte hecho daño.

De todas las cosas que podía decir en aquel momento, la que menos se esperaba Jimin era una rápida disculpa por su parte. Se imaginó, por lo poco que lo conocía, que Yoongi era de esas personas que les costaba decir lo siento.

- No es nad-

- Continuemos con el entrenamiento.- Se cruzó de brazos el otro, separándose de nuevo unos metros.- No querrás que entre el puto pesado de Shin y parezca otra cosa...