Cap. 14: Diamond

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Ya habían pasado varios días desde que los Keibiin fueron vistos en la Torre Sanno. Rogue y Kousen se acostumbraron a reunirse en la parte superior de la Torre de Tokio, donde tenían una amplia vista de la ciudad, sin embargo, aquel día estaba bastante tranquilo.

–Deberíamos irnos –dijo Mary–, se hace tarde.

–Si no te importa, me quedaré vigilando un poco más –dijo James.

–Claro... –aceptó Mary–. Rogue trabaja solo...

Ella caminó a la salida de la torre, sin embargo, James no quería dejarlo así.

–Puede que sea Rogue –dijo volteándose para verla–. Pero también soy un Keibiin... y estaré contigo siempre.

–No te preocupes –dijo Mary sonriendo–, Confío en ti.

Cuando ella se marchó, se puso el comunicador para contactar con la base.

–¿Jet? –preguntó James por el comunicador.

–Aquí estoy –respondió–. ¿Qué necesitas?

–¿Puedes sacar algo de la base de datos de la policía? –preguntó.

–Por supuesto, pero voy a necesitar que seas más concreto que "algo" –comentó Jet.

–Hay una banda que asalta a los indigentes –explicó James–. ¿La policía tiene alguna idea de dónde esta su base.

–Dame un momento –dijo el informático.

Pasados unos segundos a James le llegaron las ubicaciones de varios edificios.

–La policía cree que es alguno de estos –dijo Jet–. Te recomiendo ir al que esta cerca de un comedor social.

–Gracias, Jet –dijo James antes de desconectarse.

Rogue no tardó en salir de la Torre de Tokio y dirigirse al lugar que Jet le había indicado.

El edificio al que llegó no parecía muy grande, tenía tres pisos y apariencia desgastada, con varias pintadas y antiguos carteles publicitarios en sus muros.

Rogue escaló por las grietas de la fachada y entró por una de las ventanas, se movió por las oscuras habitaciones hasta salir a una zona con puertas que daban a un balcón interior desde el que se podía ver la planta baja.

Las luces se encendieron de repente y Rogue se ocultó tras la puerta por la que había llegado.

–¡Hola, Rogue! –saludó una voz que resultó familiar para James.

Rogue sintió el calor para ver cuántos eran y pudo ver que se trataba de un solo sujeto.

–La banda que se escondía aquí ya esta detenida –informó la voz–. Si realmente te interesa hacer lo correcto, ¡entrégate!

Rogue se aproximó al borde del balcón y se asomó unos segundos, pudo ver que se trataba de alguien de una división especial de la policía, armado con un exoesqueleto con adornos celestes que le proporcionaba un incremento de fuerza y mayor movilidad.

–¡No quiero hacerte daño! –continuó.

Rogue se lanzó al piso de abajo y se colocó frente a aquel hombre.

–No podrás hacerme daño, Diamond –dijo Rogue confiado, habiendo recordado a quién le había escuchado esa voz.

Diamond juntó sus manos en un gesto pacífico.

–Al fin nos encontramos –dijo él.

–No voy a permitir que me arrestes –aseguró James.

–Eres un criminal –señaló Diamond–, tarde o temprano pagarás por tus actos.

Rogue's NationWhere stories live. Discover now