Darkness 5

18 2 0
                                    

Era de noche, y Hefesto salió a pasear por el patio mayor, pensativa en lo que había ocurrido con los Keibiin. Avanzó por el patio, pero de un momento a otro la zona se quedó a oscuras.

–Oh, no... –dijo Hefesto preocupada.

En la puerta pudo ver a Ryoma, y él la observó durante unos segundos antes de caer al suelo y dejar de respirar. Rápidamente lanzó un cuchillo en dirección a dónde había caído el cuerpo y una figura siniestra lo detuvo en el aire.

–Darkness –indicó ella.

–No deberías confiar en cualquiera a la primera de cambio –sugirió Darkness–, esos "nuevos Keibiin" me han traído directo hasta aquí.

Rápidamente, Darkness se aproximó y comenzó a lanzar diversos ataques que ella podía controlar.

–Si ellos te han traído, ¿por qué has tardado tanto en atacar?

Hefesto trató de lanzar un puñetazo a Darkness, pero este le detuvo el brazo y un pequeño chispazo saltó desde su interior.

–Cuando di caza a la Liga Olímpica me aseguré de matarlos a todos –indicó Darkness–. Pero contigo tenía curiosidad ¿A ti te dejé sin brazo y por eso usas esta patética prótesis?

–Si hubiese estado, quizás el muerto serías tú –dijo Hefesto sin miedo–, esta "patética prótesis" es solo un pequeño avance...

–Permíteme terminar tu proyecto entonces –dijo Darkness.

Darkness intentó matar a Hefesto, pero antes de poder darle el golpe de gracia, un rayo lo alcanzó y lo alejó varios metros de ella. La persona que lo había lanzado aterrizó agrietando el suelo con sus sandalias griegas y se levantó ondeando su capa y túnica blancas.

Hefesto lo observó detenidamente, al ver la corona de laurel dorada sobre su pelo plateado entendió de quién se trataba.

–Zeus... –dijo impactada.

Darkness se levantó dañado, observando la imponente figura de Zeus, sin poder creer lo que veía.

–¡Yo te maté! –aseguró Darkness–. ¡Maté a la Liga Olímpica!

–Sí –admitió Zeus con una voz profunda–, mataste a la Liga Olímpica, pero a mi no lograste eliminarme del todo, y ahora ya te he encontrado.

Zeus se aproximó sin miedo a Darkness, lanzándole rayos cada poco tiempo. Él podía pararlos, pero no lograba evitar que su enemigo se acercara, y cuando Zeus estuvo suficientemente cerca, derribó a Darkness de un cabezado y se colocó sobre él.

–¡Esto es por lo que le hiciste a la Liga! –sentenció Zeus golpeándole fuertemente en la cara.

Tras aquel golpe, Darkness entendió que estaba en desventaja contra aquel oponente, así que utilizó la electricidad que había absorbido de Zeus para lanzar una descarga que lo apartara de él, y una vez que se lo quitó de encima, se camufló en la oscuridad para escabullirse del lugar.

Hefesto se levantó sin poder creer lo que había visto.

–Has hecho huir a Darkness –dijo impresionada.

Zeus se limitó a girarse para observarla y se aproximó a ella.

–¿Por qué estás aquí? –quiso saber Hefesto–. Pensé que no saldrías de Grecia nunca más.

–Yo también lo pensé, pero no respondiste a mi mensaje –explicó Zeus.

–No sabía qué esperar de aquello –admitió Hefesto–. ¿Qué ha ocurrido?

–Los Avanzados han encontrado Artefactos en Europa –respondió Zeus–, la investigación que la Liga Olímpica no pudo acabar vuelve a estar en marcha.

Hefesto asintió repetidamente y entendió lo que ocurría.

–Te ayudaré –sentenció.

Rogue's NationOnde as histórias ganham vida. Descobre agora