Cap. 20: El Futuro

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Un par de horas antes de que Mary se enfrentase a Kyushu, James salió de la base y regresó a su casa, sin embargo, allí se quitó la chaqueta y pudo ver que un trozo de papel se cayó de uno los bolsillos, lo recogió del suelo y lo leyó: "Odaiba, 8 de Marzo, 9:30 p.m. -K".

Rápidamente se dio cuenta de que era la misma chaqueta que dejó en la base el día que rescataron a Frederick y asumió que la K indicaba que ese mensaje se lo dejó Kronol ahí para reunirse ese día.

James no tardó en llegar al parque Odaiba, tras caminar por el sendero del lugar, vio la réplica de la Estatua de la Libertad y observándola melancólico estaba Kronol.

–Hola, Frederick –saludó James.

–Pensé que no vendrías –dijo este.

–No me gustaría cambiar los planes de un clarividente –bromeó James.

–Mis planes han cambiado... –advirtió preocupado.

–¿Qué ha ocurrido? –preguntó James extrañado.

–Tenía pensado despedirme aquí hoy y decirte que mañana me iba a Estados Unidos –explicó.

–¿Y qué?

–Cuando vi el futuro para comprobar el vuelo en el que regresaba, al piloto le daba un ataque al corazón y un enfermero lo reanimaba –explicó–, pero cuando he visto el futuro hoy, el enfermero no estaba y el avión se estrellaba... no pude ver más a partir de ahí...

–¿El momento de tu muerte se ha adelantado? –preguntó James sin poder creerlo.

–Así es –contestó este.

–¡Eso es muy malo! –se preocupó James.

–O muy bueno –sugirió Frederick–. Eso significa que el futuro puede cambiar sin necesidad de usar el Artefacto que yo usé...

–¿Irás en ese avión? –preguntó James.

–Me lo pensaré... –admitió Frederick–. Querría abrazar a mi hijo antes del día 10...

–¿Qué ocurre ese día?

Frederick observó a la estatua recordando a su ciudad natal, suspiró y respondió apenado:

–Él morirá...

Mientras que James se reunía con Frederick en Odaiba, Lon había decidido obtener respuestas al margen del grupo y aquella noche decidió visitar el hospital de Saitama, entró por una de las ventanas de la zona donde tenían a los pacientes importantes y observó la camilla, allí estaba Diamond, aún recuperándose de las heridas que le causó Rogue. Lon pudo ver que este se percató de su presencia y le apuntó con una pistola, sin embargo, dejó el arma poco después de mirarlo.

–¿Por qué baja el arma? –preguntó intrigado Kinozuke.

–No eres Rogue –respondió Diamond–, así que asumo que eres de los Keibiin que quiere hacer las cosas bien... ¿qué quieres?

–¿Qué sabe acerca de Darkness?

–¡Directo al grano! –rió Diamond–. ¡Me gusta!

–Responda, por favor –pidió Lon.

–Hace mucho que no me interesa nada de Darkness y sus sectarios –explicó–, de esas cosas se encarga Rillen...

–¿Rillen? –se extrañó Lon–. ¿El antiguo Rogue?

–¡Ese mismo! –confirmó Diamond–. Después de capturar a Darkness comenzó a ir a por el Sol Negro, yo no quise saber nada, así que cuando reaparecieron, le llamé y regresó aquí para darles caza de nuevo junto a la Organización de Defensa Estatal.

–Eso me es de ayuda –agradeció Lon.

–De nada... –contestó Diamond restándole importancia–, aunque si puedes... dale un puñetazo a Rogue de mi parte.

Lon rió, sin embargo, pudo oír un estruendoso ruido procedente de la calle y pocos segundos después se fue la luz. Kinozuke abandonó la habitación y pudo ver el revuelo que se formó en el pasillo.

–¡Ayuda! –gritó uno de los pacientes–. ¡A un enfermero le ha explotado una máquina en la cara!

Rápidamente otros médicos fueron a ayudar y pudo oír lo que decía uno de ellos.

–¡Ha sido una sobrecarga eléctrica!

Aquello le hizo pensar en la posibilidad de que Mary estuviese envuelta en el asunto y decidió ir hasta el origen del ruido para comprobarlo.

Rogue's NationHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin