Cap. 25: Emboscada

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El mismo día del ataque al instituto, James se dirigió al Bar Dragón, donde su tío Ryu lo observó extrañado al entrar.

–¿James? –preguntó–. ¿Qué haces aquí? ¿No viste las noticias? Acaban de declarar el estado de alarma...

–¿En serio? –se sorprendió James.

–Sí... han puesto un toque de queda, en un rato ya no puedes estar por la calle...

–De acuerdo... –aceptó James–. ¿Dónde está Kibou?

–¡Kibou! –llamó Ryu–. En un principio no entendí por qué le dijiste a ese niño que viniese conmigo –indicó–, pero me estuvo ayudando con el bar y se le da bastante bien, así que le dejé quedarse a dormir en un futón en el almacén.

Kibou bajó las escaleras del bar y se alegró de ver a James.

–¡Vámonos! –dijo James señalando a la puerta.

–¡Escuchadme chicos! –advirtió Ryu–, yo ya viví un estado de alarma... si no queréis que se alargue, estad de vuelta pronto ¿queda claro?

Ambos asintieron y se marcharon, no tardaron en llegar a un callejón donde iban a prepararse.

–¿Sabes lo que es un bioanimal? –preguntó James.

–Obviamente –dijo Kibou–, pero nunca vi ninguno.

–Esto te será nuevo entonces...

James silbó y su fénix llegó hasta él para convertirse en su traje con una llamarada.

–¡Yo quiero uno! –dijo sorprendido al ver aquello.

–Si le caes bien a Ryu te consigue cualquier cosa, aunque no sé si puede conseguirte esto... –comentó Rogue–. ¿Puedes ocultar tu cara?

Kibou se puso una capucha y una mascarilla y observó atentamente a James.

–¿Dónde vamos?

–Un camión de Daniel's Corp aparcó cerca de mi instituto esta mañana –explicó James–, quiero investigarlo.

Kibou no comentó nada al respecto y se limitó a seguir a James hasta el camión, las calles estaban vacías por el reciente estado de alarma, y no tuvieron problema en llegar hasta el aparcamiento donde se encontraba. James fundió la cerradura del camión y abrió la puerta.

–Está vacío –señaló Kibou.

–Oh... no –dijo Rogue entendiendo que era una trampa.

Pudieron escuchar el ruido de algo clavándose en la puerta del camión, y cuando fueron a mirar observaron que era un trozo de diamante.

–Regresa ya, Kibou –dijo Rogue.

–Pero... –intentó decir él.

–No me hagas repetirlo.

Kibou se marchó y Rogue se giró para encontrarse cara a cara con Diamond otra vez.

–Has hecho bien –indicó Diamond–, ese chico no merece acabar como tú.

–No tienes ni idea de lo que le han hecho... de lo que Daniel's Corp le ha hecho –intentó decir Rogue.

–¿Por qué no te entregas y me lo cuentas en la sala de interrogatorios? –sugirió Diamond.

–Eso no va a ocurrir –aseguró Rogue–, ya te derroté una vez.

Diamond hizo un gesto para indicarle el lugar.

–Esta no vez no hay ningún edificio que puedas tirarme encima –indicó–, y he aprendido de nuestro encuentro anterior.

Rogue se preparó para dispararle una ráfaga de fuego, pero Diamond ya se esperaba ese ataque y le lanzó un diamante que le atravesó el hombro, rápidamente se aproximó hasta el encapuchado y comenzó a golpearlo sin cesar. Los ataques variaban entre la cabeza, el pecho y las piernas, así que James no encontraba ninguna forma de pararlos y a pesar de que trataba de utilizar sus poderes, Diamond se adelantaba y le hacía aún más daño para que no lo lograse, finalmente después de resistir los golpes varios minutos acabó cayendo al suelo derrotado.

Rogue's NationOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz