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Dos días... Era el tiempo que había transcurrido desde que fueron sorprendidos por los hombres de Tanaka, dos días desde que fueron llevados en contra de su voluntad hacia sus instalaciones o base; no sabría decirlo con certeza. Dos días desde que fue aislado de los demás por el simple hecho de ser el hermano del jefe, dos días que no tenía noticia alguna sobre su grupo, en especial sobre su querido gatito... Dos malditos días en que podía sentir como la poca cordura que le quedaba abandonaba por completo su mente.

─ ¿Aburrido hermanito? ─ preguntaron desde su izquierda. Puede que tuviera la vista fija hacia el suelo, pero podía reconocer a la perfección aquella voz. Como deseaba en aquel instante golpearlo en toda su ridícula sonrisa. ─ Te veo algo decaído... ¿Estás bien?, ¿Quieres algo? No lo sé, ¿Quieres un abrazo? ─ preguntó con sorna, como todo buen hermano mayor su deber era fastidiarle la vida a quien le seguía en la línea de sangre. ─ Vamos Togui... Dime algo, lo que sea ─

─ ¡Vete al demonio! ─ soltó amenazante, a pesar de encontrarse completamente amarrado Tougo no le daría al gusto al tipo en frente suyo, ─ ¡Lárgate ante de que te destroce aquella estúpida sonrisa que tienes! ─ volvió amenazar, sabiendo que solo estaba perdiendo saliva.

─ Oh vamos, no puedes tratarme de esa manera. Por mucho que te duela somos familia ─ Tanaka comenzó en acercarse hacia Tougo, con su mano dominante tomo el rostro del alfa y le obligó a que lo mirase. Pudo apreciar gran rencor en los ojos del menor, aquello solo hizo que su sonrisa se anchara más de lo que ya estaba. ─ No me mires así hermanito, tú comenzaste todo esto... Yo solo me adelante unos cuantos pasos ─ soltó burlonamente.

La verdad era que desde un principio Tanaka supo donde se encontraban sus queridas subordinadas. Tenía ojos por todos lados, incluso en lugares donde solo él sabía, por ello no fue tan difícil en dar con el paradero de los fugitivos. Y si bien al momento de enterarse de aquella información no lo tome del todo bien, se convenció a si mismo que debía de darles el derecho a la duda. Ambas eran valiosas piezas para su juego, no podia darse el lujo de perderlas por una simple suposición.

Fue así como decidió jugar con la ilusión de aquel pequeño grupo. Estaba seguro de que su hermanito junto a los demás estaban planeando algún ataque en su contra, por ende, les hizo creer que tenían oportunidad alguna de poder derrotarlo, si hasta estaba convencido de que creyeron que podían incluso arrebatarle a Osomatsu de sus manos. De tan solo recordarlo le causaba una enormes ganas de reírse.

Fue entonces que su paciencia había llegado a su límite, antes de invadir aquel edificio, ordeno a sus hombres que trajeran a ambas hermanas ante su persona. Cabe decir que no espero ver aquellas expresiones en sus ojos, lo que le hizo sospechar que quizás las hermanas planeaban en traicionarlo. Una descabellada idea que preferiría olvidar en lo más profundo de su mente.

─ ¿Sabes? ... Nunca imagine que serías capaz de tener retenida a una persona, o sea. No estamos hablando de cualquier persona, sino de Karako... La recuerdas ¿verdad? ─ preguntó irónico mientras se acomodaba en su silla, no le gustaba estar mucho tiempo de pie. ─ Tu querida omeguita, una de tus personas favoritas... Recuerdo que un pajarito me conto que lloraste mucho cuando la viste "morir" ─ soltó con burla aquello último mientras realizaba aquel gesto con sus manos. Tougo tan solo se dedicaba en mirarlo con odio, en su mente ya había planificado más de cien formas de poder matar a su hermano y sentía que aquella cantidad podia aumentar. La diosa de la inspiración lo estaba iluminando en aquel instante.

─ Es normal llorar por un ser querido, todo el mundo lo hace. Todo aquel que posee sentimientos ─ declaró jactándose de sus palabras, una leve sonrisa se posiciono en su rostro al ver como el entrecejo del alfa se fruncía ante sus palabras. ─ Bueno, no es algo que espero que tengas... Nunca los tuviste, me atrevería a decir que incluso Akane-chan se dio... ─ sus palabras quedaron a medio decir tras ser interrumpido por un fuerte puñetazo. Antes de poder levantar su mirada otro golpe llego de lleno en todo su rostro, ocasionándole que la sangre se acumulara al interior de su boca.

Matsuno Omegaverse 2 ||P A U S A D A||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora