24.

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Calor.

No fue el espeso e inusual aroma dulzón apoderándose de sus sentidos lo que consiguió despertar a Harry.

O el lloriqueo agudo retumbando en su oído izquierdo.

Ni siquiera su dolorosa erección formada bajo las sábanas.

Calor.

No, lo que logró traerlo de vuelta de la inconsciencia fue un abrasador y penetrante calor apoderándose de la totalidad de su anatomía. Abrió los ojos de golpe, sintiendo gotas saladas danzar con premura por toda la extensión de su rostro, rizos sudorosos pegados febrilmente a su nuca y cuello.

Quema.

Se quedó estático sobre su espalda, sintiendo cómo sus instintos comenzaban a despertar de a poco, cómo cada célula de su cuerpo se agitaba con una creciente inquietud dentro de él, suplicándole algo que el lobo no llegaba a comprender.

Un desesperado movimiento a su lado izquierdo llamó su atención, obligándolo a girar apenas lo suficiente para echar un vistazo.

Louis se revolvía frenético en el borde de la cama, enredándose a sí mismo entre las sábanas, con la cabeza enterrada en la almohada que ahogaba sus agudos gimoteos. Sus piernas se movían sobre el colchón, flexionándose una y otra vez con velocidad, el sudor era más que visible en su cabello y sus dedos parecían estar a punto de perder toda la circulación sanguínea gracias al feroz agarre sobre las mantas.

"L-lou..." Harry se sorprendió por lo ronca que su voz salió, no llegando a reconocerla del todo. "Louis..."

Louis podría estar atravesando otra de sus pesadillas nocturnas, no sería la primera vez que Harry despertaba antes que él y se encargaba de traerlo de vuelta de esa bruma de malos recuerdos a los que era inducido en sus sueños.

Sin embargo, no se sentía como las pesadillas comunes, normalmente Harry percibía las emociones negativas que atravesaba su Omega, y era eso lo que provocaba que el lobo reaccionara. Pero ahora, ahora no había tristeza o desesperación, ni siquiera una pizca de miedo o impotencia, solamente ese sofocante y asfixiante calor.

Y su aroma. Había algo diferente en él. Algo muy diferente.

Quema. Ayúdame.

"¿Lou? Despierta, cariño..." estiró la mano lo suficiente para apartar las cobijas y tirar de él más cerca, preocupado porque terminara cayendo si seguía moviéndose así. Fue cuando se deshizo de la delgada sábana que aquella dulzona esencia se incrementó, atrayendo de inmediato los ojos de Harry a la parte trasera del pantalón de Louis, donde una visible y reciente mancha de humedad se encontraba. "¿Amor?"

La respuesta de Louis fue una serie de gimoteos desesperados al tiempo que sus caderas se alzaron un par de centímetros, otorgándole una amplia visión al Alfa de sus glúteos cubiertos por una gastada pijama empapada en el centro, antes de que volviera a estampar la parte baja de su cuerpo sobre el colchón. Harry tragó saliva audiblemente.

Santa mierda.

Louis entró en celo.

Tardó más de lo esperado en procesar la información y comenzar a actuar. Le costó levantarse, maldiciendo entre dientes la erección en su entrepierna que volvía todo mucho más difícil.

Llegó hasta el lado contrario de la cama sin saber muy bien qué debería hacer a continuación. Él nunca había experimentado el celo de otra criatura, mucho menos de un Omega.

Lo más cerca que había estado de eso fue una ocasión en que Zayn entró repentinamente en celo y Liam lo echó a patadas de la casa, ni siquiera dándole oportunidad de verlo ni mucho menos de preguntarle si necesitaba ayuda con algo. Aunque seguramente Liam lo hubiese asesinado si lo hacía.

Wolves. [TERMINADA]Where stories live. Discover now