FINAL.

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Notita rápida: Muchas gracias a quienes han estado aquí desde el comienzo, a quienes recién llegaron y a quienes llegarán (ojalá). Esta historia me acompañó por años, literalmente, y en diferentes etapas de mi vida, incluida aquella donde no le veía sentido a continuar escribiendo y dejé de hacerlo por mucho tiempo. Y especial agradecimiento a quienes me animaron a volver a este precioso mundo y llegar hasta aquí.

Se los he dicho muchas veces, Wolves es una historia a la que le tengo muchísimo amor y que disfruto leer como si no supiera lo que pasa (pueden notarlo en mis comentarios JAJAJA), así que de todo corazón espero que ese amor, paciencia y dedicación que puse en cada palabra haya causado en ustedes lo mismo que causó en mi. Y sepan que tienen una parte muy querida de mi corazón.

Pero bueno, suficiente llanto. ¡NOS VEMOS EN EL EPILOGO! (No pregunten cuándo que ni yo sé.)

Y ni empiecen a extrañar mucho a mi Alexander, que se vienen cositas 👀.

Síganme en ig y tiktok porque estaré subiendo mucho contenido relacionado a la fic!

Ig: golden.ari.06
Tt: heyits.ari

Disfruten la lectura, besos.

🐺

Frío.

Dentro de la oscuridad de aquellos muros, bajo el eco de lamentos agonizantes y rastros escarlata pintando sus huellas, un penetrante frío calaba en lo más hondo de sus huesos.

Helado, casi doloroso, cual filosas dagas clavándose en su piel. Una y otra vez. Como si los fantasmas de sus recuerdos danzaran con burla a su alrededor, pregonando el inminente venir de la tan esperada muerte.

Frío.

En el silencio que lo envolvía, abismal y ensordecedor, aquellos desgarradores sollozos aún podían ser escuchados, colmados de las melancólicas súplicas que se esfumaban antes de llegar a sus oídos. Como una desconsolada melodía llamando a las puertas del infierno que se avecinaba.

Frío.

Con erráticas respiraciones apenas llegando a concretarse y esmeraldas turbadas por una capa de neblina, sus movimientos, firmes y constantes, lo llevaron a través de aquellos lúgubres senderos. Músculos rígidos guiaban su andar, hundiéndolo en una atmósfera de aromas que atestaba sus sentidos.

El olor metálico de la sangre predominaba en el ambiente, tan vehemente, que incluso la dominante esencia a lavanda se veía opacada por su intensidad.

Frío.

Harry sentía frío.

El escudo sobre su pecho había sido rasgado por completo tiempo atrás, cayendo sobre su piel en retazos de tela deshecha hasta dejar a la vista cada una de las cicatrices profundas. Aquel pantalón repleto de incontables bolsillos en tonalidades verdosas terminó manchándose por matices carmín que no le pertenecían, al igual que las pesadas botas militares retumbando en cada uno de sus pasos.

No supo durante cuántos minutos se desplazó dentro de esos extensos corredores, con la centelleante luz rojiza de las alarmas extinguiendo su brillo bajo los gritos que clamaban por una misericordia que él no conocía.

Su pecho empapado por sangre y restos humanos, subía y bajaba al compás de sus pesadas exhalaciones, incapaz de contener los acelerados jadeos que escapaban de sus labios entreabiertos. En las comisuras de su boca, los colmillos afilados se exhibían en una clara muestra de amenaza, teñidos con las huellas de batalla que también adornaban sus garras. Las mismas que habían suplantado el tamaño de sus dedos apenas aquel enfrentamiento comenzó.

Wolves. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora