My Friend of Misery /(En edición)

#16 "Patética contenta"

Eran las diez de la mañana y el día se antojaba agradable. Me parecía que la cocina tenía más vida y alegría de la normal. Estaba yo en la ya bien conocida mesita circular, escrutando con tranquilidad, el catálogo de ofertas de empleo en el periódico. Me había sumergido tanto en mi buen humor que el ajetreo matutino no me era ningún problema y el rico aroma del café no hacía más que subirme los ánimos.

Recordaba que había regresado cansada el día anterior, todo el tiempo con una enorme sonrisa en mi rostro, probablemente dormí con la misma sonrisa y desperté igual. Por ahora, mirando el periódico, había logrado controlar mis gestos de chiquilla feliz frente a las señoras.

-Hey- escuche una voz femenina y un poco ronca, muy cerca de mí. -¿Qué miras, eh?-
-Teresa- salude tan pronto como contemple el rostro ojeroso, la muchacha ya había tomado asiento en la silla de al lado. Estiraba su cuello tratando de leer sobre mi hombro, al tiempo que cubría con el dorso de su mano un bostezo que se le escapaba–Empleos, nada más- me recargue sobre la silla. Estaba de buenas, lo suficiente, para aguantar a esta muchacha.
-Sombras, nada más...- canturreo –Bueno, ¿Y? ¿Hay algo?-
-No mucho-
-Mm ¿quizás pueda ayudarte?- la mire con curiosidad
-¿Ah sí? ¿Cómo?- se tallo los ojos antes de tomar el periódico
-Haber... ¿Como qué te gusta?-
-Nada de limpiar pisos, cocinar, o apilar cajas en algún almacén- le advertí pero ella pareció ignorarme mientras daba un vistazo a la sección de Oferta de empleo.
-Mira, aquí hay uno. "Se busca edecán para modelaje en anuncios de autos"- leyó en voz alta antes de empezar a reír -¿Te animas?-
-Claro que no- hice una mueca
-¿Entonces qué es lo tuyo?- deslizo el periódico al centro de la mesa y me observo con sus ojos somnolientos
-Mm, estudie artes plásticas, supongo que algo relacionado a eso-
-Entonces estas en la ciudad equivocada, niña- se puso de pie. Fue entonces cuando noté que estaba vestida solo con una camisa vieja y unos shorts gastados. Su pijama, ¿quizás? –Ese tipo de cosas las encontrarías mejor en Nueva York... O, en algún otro lado que no sea aquí- siguio
-Vale. Pero estoy segura que no puedo viajar gratis-
-Ok, ok, ya entendí. Necesitas cash- tomo una taza de la alacena y se dirigió a la tetera del café -¿Qué paso con tu cámara?-
-Rollo lleno- conteste observándole las espaldas mientras se servía algo de café
-Lo sé. Me lo dijiste ayer. Me refiero a si te interesa trabajar con cámaras. Después de todo, dijiste que es "una especie de pasatiempo", ¿no?-
-¿Trabajar?- Teresa empezó a recordarme a Diana
-Sí. Mi hermano tiene un estudio. Me ha comentado que le vendrían bien alguien que se ocupe del negocio cuando él no puede, lo cual es... muy seguido-
-No sé de cámaras-
-La práctica hace al maestro, mujer- lo pensé un momento. No sonaba mal, pero eso de estar trabajando detrás de un mostrador tampoco era lo que tenía en mente -¿No te convence?- Teresa se volvió y camino de regreso para sentarse en la misma silla. Paso un par de mechones rizados por detrás de sus orejas antes de darle un sorbo a su taza
-¿Por qué crees que debería tomar el trabajo? Digo, no me conoces...-
-Así es- contestó ella –Pero me agradas, y parece que llevas un buen rato desempleada- me recorrio un escalofrio. ¿Tan evidente era mi pobreza?
-Eh... ¿Cómo lo sa_-
-Esta casa está llena de viejecillas chismosas, Cris-. Oprimí una sonrisa. Tenía razón.
-Lo pensaré-
-Vale- ella se puso de pie como si acabara de decirle que se largase. –De todos modos, ya habíamos quedado en ir a la tienda de mi hermano mañana, no lo he olvidado- al mismo tiempo, dio unos golpes a su cabeza con su dedo índice.
-Seguro... eh, gracias-
-Por nada, nenita- ella ya iba saliendo cuando lo dijo.

Primero un gran día con James y ahora me caía una oferta no oficial de empleo. La vida me sonreía por fin, o algo así lo sentía. Y ese aroma a café solo estaba mejorando mi buen humor, era tan agradable.