#11 "Conocidos"

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-Ella es Cristine, una buena amiga mía, aunque a veces un poco loca y desesperante- anuncio Cliff
-Jajaja, cállate- ella rio con naturalidad y dio un codazo inofensivo al castaño.

Parecía haber una clase de chiste local entre ellos dos.

-Hey, no olvides mencionar que es mi novia- interrumpió Dave y camino hacia ella -Que tal nena- dijo y se acercó para besarla. Me quede perplejo al ver como sus delgados y blancos brazos rodeaban al pelirrojo.

Me sentí incomodo al verlos y por la expresión de Cliff y de Lars, supe que no fui el único. Éramos como tres moscas sobre un pastel empalagoso.

-Esta nueva costumbre de llegar tarde no me gusta- se quejó Burton acabando con la incomodidad
-Díselo a James- acuso Dave y todos me miraron como miraría una horda de pueblerinos a un criminal local
-Al menos ya estamos aquí, ¿o no?- repuse -¿A qué hora tocamos?-
-En media hora- contesto Cliff – y si yo fuera ustedes, llevaría mis guitarras a la parte trasera del escenario, ¡ya!-
-¿Antes quieren venir a beber algo con nosotros?- el carácter serio y de pocos amigos de Mustaine se había esfumado, y ahora actuaba como el chico amable y encantador que, probablemente, había mostrado ser delante de Cristine.

Los mire, la diferencia de estaturas era notable y odie el hecho de que, estéticamente, hacían buena pareja. Tomados de la mano, ambos nos miraron expectantes.

-Paso men, gracias- contesto Lars y entró al bar
-Provecho- Cliff siguió al danés. Cuando me fije, estaba solo con el par de tortolos...
-¿Qué dices James?- me volvió a preguntar el pelirrojo –No te preocupes por Cristine, ella es amable con la gente nueva- bromeo.

Cristine se rio un poco pero en seguida se puso seria. La incomodidad que sentíamos, aparentemente, solo era percibida por mí y por ella. Automáticamente caí en la cuenta de que ella no le había contado a nadie sobre mí, y ni siquiera a Dave.

Mire al pelirrojo quien aún esperaba mi respuesta, Cristine se limitó a mirar al suelo y vacilar con la mano de Dave. Trague saliva. Era claro que mi presencia le incomodaba.

-No, pasa que debo afinar mi guitarra-
-Oh, ya veo. No vemos más tarde entonces-
-Ya está- alce la mano a manera de despedida mientras me daba la vuelta, y entre al bar echando leches.

Una vez dentro del bar, nos esperaban amigos y conocidos, tanto de otras bandas como del público.

-James, campeón- me saludó Arthur, un conocido de Cliff. Me lo habían presentado hace semanas y juraba ser un seguidor más de Metallica. La ultima ves que habíamos hablado, me contó que tenía el propósito de cubrir su brazo derecho entero con tatuajes
-Art, tenía días sin verte- chocamos las manos
-Ya sé, men. Hey, te revendo unas entradas para Iron Maiden-
-¿En serio? ¿Para qué fecha?-
-Vienen el mes próximo. Créeme, no encontraras otras entradas disponibles porque se agotaron los boletos-
-¿Se agotaron los boletos y me quieres vender tus únicos boletos a mí? Suena sospechoso-
-Piensa lo que quieras men, el problema es que ando corto y necesito plata, ¿entiendes?-
-Cliff es seguidor de Maiden- le recordé
-Ese men ya tiene sus boletos, tu amigo Lars dice que estará ocupado y la verdad es que tu amigo Dave no me cae bien-
-Ya veo-
-Yo sé que ustedes tienen dinero, ¿Cuánto ganan por toquin? Anímate, bro, ¡Es Maiden!-
-Vale vale, déjame pensarlo. No nos va tan bien como crees-
-Sí, James, tu piénsale. Estos boletos te pueden hacer paro para invitar a salir a tu chica-
-Jajaja, Art soy un hombre ocupado, andar con chicas por ahora no es lo mío- conteste con dureza, <<orgullo ven a mí>>
-Está bien, pero piénsalo. Ayudarías a mi economía-
-Lo pensare Art- y se alejó para perderse entre la multitud.

Arthur era un poco más grande que yo, tenía pinta de ser un drogata y borracho pero siempre se portó amable con nosotros desde nuestra llegada a San Francisco.

-James, ya casi nos toca subir- el danés me arrastro hasta detrás del escenario.

Ahí nos esperaban Cliff y otro grupo de gente más que nos ayudó con los cables y otras cosas técnicas. Dave se unió a nosotros minutos después y entonces subimos al escenario bajo el cantico de los asistentes: "¡Metallica, Metallica!".

Entre toda muchedumbre, sabía que por ahí debía estar Cristine, y aunque aún me sentía extraño, sabía que ella estaba fuera de mi alcance y yo fuera del suyo. Obviamente nuestras vidas e intereses habían cambiado y verla con Dave solo me animaba a dejarla de lado y concentrarme en lo verdaderamente importante que era la banda...

My Friend of Misery /(En edición) Where stories live. Discover now