Capítulo 24: Heridas que no sanan

20 3 0
                                    



6 meses después...



Me senté en la cama y miré de reojo la carta apoyada en la mesita de luz.

Hacía seis meses que la conservaba en el mismo lugar.

Podría decir que ya la conocía de memoria.

No podría contar las veces que la había leído en todo este tiempo.

Era el último recuerdo que me quedaba de él, de Ray, del hombre del que todavía seguía perdidamente enamorada.

Muchas cosas habían cambiado en mi vida desde entonces.

Ya no disfrutaba de salir a pasear como antes, porque cada lugar por el que pasaba me recordaba a él. Había dejado de escuchar música, porque no había canción que no me hiciera llorar.

Salir y entrar de mi casa, significaba tener que pasar por su casa, lo que me provocaba un profundo dolor, no sólo porque él ya no vivía allí, y la casa estaba en venta otra vez, sino porque me venían a la mente todas las cosas que habíamos vivido juntos.

Desde que él se había mudado nuevamente a la ciudad no había vuelto a saber de él.

Lo único que sabía era que estaba trabajando en la casa de mecánica de su padre.

Eric me había contado que estaba bien, aunque seguía sin recuperar la memoria.

Yo, por mi parte no había un minuto del día que no pensara en él, que no deseara con toda el alma que se acordara de todo, que viniera a buscarme y todo volviera a ser como antes.

Pero si algo había aprendido en todo este tiempo era que a veces, las cosas no suceden como uno quiere, y que por mucho que nos duela, hay qué aceptarlo.

Agarré la carta y la saqué del sobre.

Por unos segundos la sujeté contra mi pecho, como si a través de ella pudiera sentir su abrazo, sus besos, revivir por un instante todos los momentos en los que él estuvo cerca de mí.

Después comencé a leerla:


Querida Savannah:


                                              ¿Alguna vez te escribí una carta?

Si no lo hice, esta será la primera.

Sé que no ha sido fácil para ti aceptar que yo quiera estar solo. Puedo imaginarme tu desesperación, tú dolor, de saber que la persona que amas no te recuerda.

Nada me gustaría más que poder acordarme de ti. De todas las cosas que sufro por no recordar, tú eres la que más me duele. Saber que tienes un amor, y que no lo recuerdas es bastante triste.

No tengo dudas de qué eres una mujer maravillosa, pero no puedo estar contigo.

No puedo dejar que te sigas lastimando cada vez que me ves y comprendes que mis ojos ya no te miran como te miraban antes.

Yo también sufro cuando te tengo frente a mí y no recuerdo nada de nosotros, y te mentiría si te dijera que no me gustaría volver a conocerte, volver a enamorarme de ti, pero en este momento no puedo.

No puedo seguir viviendo en una realidad que ya no me pertenece.

El vacío que siento dentro de mí es tan grande que no sé cómo empezar a llenarlo.

El día que me OvidasteWhere stories live. Discover now