Capítulo 3: ¡Te lo dije!

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*El de la foto multimedia es Eric*



El timbre sonó y cargando mis libros corrí al estacionamiento a buscar a Eric.

—¡Uf, qué alivio! —dije casi balbuceando—todavía está aquí.

—¡He Savannah! ¿Qué haces? —me dijo una voz por detrás.

Era Eric, que venía con Austin y dos chicas más que traían colgadas de su cuello.

—Te estaba esperando.

—¿A mí también? —me dijo Austin con su habitual sonrisa de ganador.

Volteé los ojos.

—¿Y tú auto? —me preguntó Eric riéndose como si lo adivinara.

—No arrancó —dije usando un tono lastimero.

Austin se acercó y me susurró algo en el oído.

—¿Sabías que los autos llevan gasolina?

—Tiene el tanque lleno — le dije y lo pateé en la pierna.

Luego me subí a la camioneta.

Austin se agarraba la pierna como si estuviera en un hilo de dolor.

—Qué dramático eres —le dije empujándolo a un costado del asiento.

—Vamos Savannah, no hace falta que disimules, todos sabemos que te mueres por estar aquí a mi lado.

Le pegué un codazo, y se abrazó el estómago adolorido.

—Vamos Hepburn no es para tanto —le dije dejando los ojos en blanco—¿O quieres quedar mal con ella? —y le señalé la chica que estaba del otro lado.

—¿Celosa Brooks? —me susurró al oído con su usual sonrisa de conquistador.

Lo miré con el entrecejo fruncido y arqueando una ceja.

—Estás loco —le dije bajándome de la camioneta.

—Dile a mamá y papá que voy a cenar en casa de Austin.

—De acuerdo —respondí bostezando, y cerré la puerta del auto—les diré.

Austin sacó la cabeza por la ventana y giré la mirada porque sabía que iba a decir algo estúpido.

—¡No me extrañes! —dijo arrojándome un beso.

Di media vuelta y exhalé aire para relajarme.

Mi madre me había visto en la entrada y me abrió la puerta.

—Hola mamá.

—Hola hija ¿qué tal tú día hoy?

—¡Uf! —bufé tirando los libros en la mesa.

—¿Tan mal estuvo?

—Un poco —dije apoyando el mentón en mi mano—¿y papá?

—Aún no ha llegado ¿por qué?

—No le visto en todo el día —expuse soplándome el pelo de la cara—¡Ah!, Eric me ha dicho que no le esperemos para la cena, porque se va a quedar en casa de Austin.

—¡Hola a todos!

—¡Papá! —dije emocionada y salté encima de él.

—¡Uy, pequeña! —Se quejó inclinándose un poco—¿cómo estás?

El día que me OvidasteWhere stories live. Discover now