Capítulo 9: Soy Mitchel Sherman

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*El de la imagen multimedia es Mitchel*

 

—¿Y...? —preguntó Amanda alentándome con una sonrisa.

—¿Qué?

—¿Cómo te fue anoche?

—Ah.

—¿Ah...? ¿Sólo eso tienes para decir?

Sonreí al verla tan entusiasmada.

—Fue la mejor noche de mi vida.

—Eh, pero cuéntame ¿Qué hicieron? ¿Se besaron?

—¡Amanda Peters! —exclamé—No pienso darte ni un detalle.

Amanda cerró su casillero y se cruzó de brazos.

—¡Hola chicas! —, exclamó una voz detrás de mí— ¿cómo están?

—Hola Ethan —dije con acento cansado.

Ethan se reclinó un poco.

—Cualquiera diría que están enojadas.

—Es qué Savannah pasó la noche con Ray, y no quiere contarme nada.

—¿A qué te refieres con "pasar la noche"?

—No mal interpretes Ethan. Ray es un caballero, y gracias a él tuve la noche más increíble de mi vida.

—¿Y qué pasó cuando nos fuimos? —inquirió Ethan con prudente voz.

Abracé fuertemente mis libros contra mi pecho y alcé los ojos soñadora, reviviendo aquel momento con completa emoción.

—Aah —suspiré—, ni se lo imaginan.

—¡Cuéntanos de una vez! — profirió Amanda exaltada.

—Cuando salimos de la cafetería Ray me llevó en su auto, y como no sabíamos a donde ir, me dijo que iba a sorprenderme. Así que me pidió que me vendara los ojos. Y al final terminamos arriba en el Empire State, ¿pueden creerlo?

—¡Qué romántico! —suspiró Amanda.

—Pero... —balbuceó Ethan—pero yo creía que subir el Empire State iba a formar parte de tu futuro, cuando te enamoraras.

—Eso ya pasó Ethan, ¿no lo sabías?

Miré a Amanda con una mirada reprobatoria, y dándole la espalda me arrimé a Ethan.

—¿Estás enamorada Savannah? ¿De Ray? —preguntó Ethan como si no quisiese creerlo, y volteó la cabeza.

—Sí, sí sí, lo estoy —dije al fin, y me sentí completamente aliviada.

—¿Cuándo pasó? —indagó Ethan como si yo tuviera una respuesta exacta para darle.

—No lo sé, solo pasó —dije inspirando hondo.

Y la verdad era que no lo sabía, porque el amor no había entrado en mí a borbotones, ni pidiéndome permiso. Fue despacio, poco a poco, pero aún así desde un principio pude intuir que algo muy interno, muy trascendental iba a pasar en mi vida.

Aunque en un principio me negaba a aceptarlo, muy en el subconsciente ya había encadenado a Ray a mi corazón, y no sabría decir cuando, ni como, pero que lo amaba era un hecho, y eso no tenía contradicción.

—Bueno —observó Ethan con ademán de oposición—si quieren mi opinión...

—No Ethan, no queremos tu opinión —objetó Amanda acérrima, arrugando la nariz.

El día que me OvidasteWhere stories live. Discover now