Capitulo 19. París. Parte II.

7.1K 557 13
                                    

Elie no paraba de revolverse en la cama, las sabanas estaban echas una porquería; estaba teniendo un sueño de lo más extraño.

Pero no era un sueño.

Era una visión.

El pico de una torre roja…

…Frío y calor…

Y alguien diciendo:

–       Ya es la hora, sálvales a ellos que aún están a tiempo, por favor…

Los ojos de Elie se abrieron de par en par.

Era capaz de sentir frío y calor al mismo tiempo por todo su cuerpo, cada vez que pasaban los días visiones como aquella aparecían en los momentos menos oportunos.

Aquella era la última que había tenido y no pintaba nada bien, no se comparaba con la primera que tuvo, esa fue escalofriante. Pero de todas formas, ella temblaba de miedo.

–       ¿Sálvales a ellos? –susurró.

Reconoció esa voz, la reconocería siempre.

***

Scarlet bufó con fuerza y apretó con más fuerza la toalla.

–       En serio…¿sabes una cosa? Estoy algo harta de que quieras hablar conmigo cada dos por tres, además este no es un buen momento.

–       ¡Me la sopla! Llevas ignorándome casi dos semanas, antes seguramente estaría encantado, pero ahora no puedo con tu puñetera indiferencia.

–       Si has venido a criticarme ya puedes salir por esa puerta.

   Los ojos de Damian chispeaban de ira, sus iris azules estaban ennegrecidos por la furia.

Por otro lado Scarlet intentaba estar lo más tranquila posible, respiraba con dificultad.

Damian avanzó un paso.

Los vellos de la nuca se le erizaron a la rubia.

–       No te acerques –ordenó.

–       ¿Debería por qué...?

–       Te lo ordeno yo, estúpido neandertal sin cerebro.

–       Tú siempre tan cariñosa como siempre, en eso no cambias.

Ella apartó los ojos, avergonzada, estaba harta de ello.

No quería seguir sintiéndose así, de aquella forma por Damian; no aceptaba sus sentimientos.

Damian avanzó otro paso más.

Ella retrocedió varios pasos hasta chocar contra la pared.

Emitió un gruñido.

Volvió a clavar los ojos en Damian, este ahora estaba justo enfrente de ella, cada uno de sus brazos aprisionaba a Scarlet contra la pared, estaba encerrada.

No bajo la mirada y la mantuvo bien alta, clavada en los ojos azules de Damian.

–       ¿Qué ocurre Cerebro de Llama, incómoda?

–       ¡No! Más bien molesta –escupió con furia–. ¿Quieres largarte?

–       Mientes, deja de negarlo, yo te gusto –entonces la besó con intensidad.

Ella no se lo esperaba para nada.

Sus labios eran suaves y salados, daban ganas de seguir besándolos siempre, ella se estaba dejando llevar. Pero no debía hacerlo, muy a su pesar mordió con fuerza el labio inferior de Damian.

Crónicas Elementales 2: Agua de Cristal. © [PRÓXIMA REEDICIÓN EN AGOSTO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora