Crónicas Elementales 2: Agua de Cristal. © [PRÓXIMA REEDICIÓN EN AGOSTO]

Capitulo 18. París. Parte 1.

¡SORPRESA! Tenía que actualizar la semana que viene, pero como los examenes que me quedan son prrrrr...pensé en actualizar, que coño, voy a actualizar y aquí estoy un domingo por la tarde-noche escribiendo y corrigiendo el capitulo 18 para subirlo cuanto antes.

XD!!!!! Aunque voy a seguir actualizando el viernes que viene si me da tiempo y si no como mucho el sábado, pero...tengo una malita noticia, posiblemente en vez de 20 capitulos+el epílogo, son 19+el epíligo.

No me matéis por favor, pero no doy a basto y no quiero alargarme con cosas sin sentido y vovler la historia pesada. Aunque también hay una buena noticia, entre el viernes y el domingo que viene acabaré esta segunda parte de la trilogía Crónicas Elementales (sniff sniff), pero si todo sale según lo previsto ese domingo de la semana que viene sacaré el prólogo de la tercera y última parte de las aventuras de Scarlet, Elie y Damian (I LOVE YOU). 

Eso es todo, disfrutad de la lectura. Y una cosita más, comentad os lo pido de la última parte del capitulo, no os podéis imaginar lo que me e reido escribiendo esa parte.

Adieu ;)

Día 25. Tres días menos para el fatídico día.

Había pasado poco más de una semana y Scarlet había dejado de relacionarse con Damian, por lo demás todo era igual, exceptuando a Elie que la había dejado de hablar por alguna razón.

Por ahora había establecido una amistad más profunda con As, todos los días después de comer se iban los dos juntos al taller.

–       Bueno pronto aterrizaremos en París y….he pensado que podríamos probar el coche…–dijo As desde el taburete en el que se encontraba.

–       No estaría mal –dijo Scarlet desde debajo del coche, de pronto salió por debajo tumbada en un patín–, pásame la llave inglesa.

–       Como mandes jefa –al ser un taburete rotatorio él se giró, a sus espaldas había una gran mesa con múltiples herramientas, agarró la llave inglesa y se la tendió a Scarlet.

–       ¡Gracias!

Ella volvió a meterse debajo del coche.

As en cambio intentaba arreglar una parte del motor del coche que se había descolgado.

–       ¡Mierda! –exclamó ella.

–       ¿Estás bien? ¿Scarlet?

–       Si…estate tranquilo, solo me ha salpicado aceite de motor en la cara y en otro sitio…

–       ¿Debería preguntar en que sitio?

–       No.

   El rió y siguió intentando arreglar aquel cacharro. Entonces alzó las cejas y dejo la maquinaria a un lado.

–       Oye Scar, ¿puedo hacerte una pregunta?

–       Claro, si no tiene nada que ver con donde me ha salpicado el aceite.

–       Eso está claro, me preguntaba ¿Cómo es que sabes tanto de máquinas y este tipo de cosas? Puede que incluso sepas más que el mecánico oficial de la aeronave.

Ella estuvo unos minutos callada, hasta que chasqueo la lengua y dijo:

–       Buena pregunta…si te soy sincera cuando era niña no me gustaban las historias de princesas y esas ñoñerías en las que vomitas asco iris – (Dios mío a Scarlet no le gustan las cursiladas, que novedad, o.o)–. Desde que tengo uso de memoria, siempre leí libros que niños pequeños no leen, por ejemplo la teoría de la evolución de Darwin, la cual está casi todo mal, yo creo que él era un psyco, pero me voy fuera de contesto.