Capitulo 1. Dragón de Agua-Hielo y Dragón de Viento.

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El rugido del motor resonaba levemente, en pocos minutos la gasolina se acabaría del todo. Con sus grandes manos agarró el tubo de la gasolina y se la engancho a su motocicleta nueva, claramente robada de un militar arrogante. Poco a poco el depósito se fue llenando.

Hacia calor, demasiado para él, se hecho hacia atrás un par de mechones negros humedecidos por su sudor. Miro el contador y maldijo, la gasolina había vuelto a subir considerablemente, no llevaba tanto dinero para pagarla y si se enteraban de quien era él sería encarcelado.

No le quedaba otra.

Miro en todas las direcciones aquella gasolinera estaba casi vacía, exceptuando para su desgracia dos patrullas gobiérnales en sus Flider’s*, tragó saliva y con cuidado intento sacar el tubo del deposito, pero estaba amarado con fuerza.

Su vista se centro en el marcador y vio que hasta que no pagase el tubo no se desprendería, volvió a maldecir, pero esta vez en voz alta, captando la atención de los patrullas. Ya no le quedaba otra.

Tomo aire y cerró los ojos, alzó la mano y la posó en el tubo, apretó con fuerza; notaba como cada vez se iba enfriando más, sonrió lascivamente y entonces el tubo se partió en dos.

La alarma del marcador sonó con fuerza.

   − Mierda…

De un saltó se montó en su harley, quitó la pata de cabra que la mantenía sujeta al suelo, de su camisa blanca saco unas gafas de sol, se las colocó y sin esperar dos segundos arrancó el motor y salió disparado por la vacía carretera.

Sus agudos oidos comenzaron a oír la sirena de las Flider’s detrás suya, como era de esperarse le perseguían con gran ímpetu. Aceleró aún más, de seguro que ya habría sobrepasado el límite de velocidad permitida, pero para él claro esta le importaba lo más mínimo. Él era un rebelde buscado por la ley hacia dos años, no tanto como cierta persona que le solía irritar bastante con tan solo su presencia, pero si ahora era un criminal.

Apretó los dientes y volvió a acelerar nadie impediría que se juntase con su familia, aquel día acababa el plazo de los tres años y lo había estado esperando con ansias.

No le quedaba otra, una de las manos la soltó del manillar y la enfocó hacia atrás, cerró los ojos durante un instante, estaba concentrando gran parte de su energía en aquella mano.

En segundos un gran torrente de agua sacudió a los patrullas y a sus Flider’s, este sonrió y siguió su camino. Por sus oidos pudo oír perfectamente la corta conversación de los patrulleros.

   − Ese no es…¡imposible, hasta hace poco estaba en el Polo Norte!

   − No hay ninguna duda, es él…

   − El Tritón, Damian Regen de la banda rebelde del Fénix Rojo.

Damian no pudo evitar sonreir ante aquello, cada vez era más reconocido entre los hombre y sobre todo entre las mujeres.

   − Y según he oído el esta saliendo con la Salamandra Escarlata −dijo uno de los dos en voz más baja.

Crónicas Elementales 2: Agua de Cristal. © [PRÓXIMA REEDICIÓN EN AGOSTO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora