Capítulo 34.

1K 60 1
                                    

Y volví a llorar, volví a llorar porque me sentía muy sucia. Demasiado como para merecerme alguien como Jack. Sollocé sobre su pecho, mientras él me susurraba cosas de aliento al oído. Tenía que guardar ese momento junto a él, puede que sea el último.

-Lucy, contra antes se lo digas va a ser mejor. –dijo Brad haciendo que me separase de Jack.

-Jack… yo. –paré a coger aire.

-Lucy, nada puede ser peor ¿verdad?

-Es irónico, porque lo es, lo va a ser. –volvió a intervenir Brad.

-Me han hecho elegir entre tú y mi madre. –no era fuerte para decirle que estaba embarazada.

-¿Qué has contestado?

-No lo he hecho, dije que tenía que pensar.

-Lucy, mejor díselo todo. –comentó Lena.

-No puedo hacerlo. –susurré cabizbaja.

-No querrás que sea Kenneth el que se lo diga. –definitivamente estaba metida en algo de lo que no podía salir.

-Estoy embarazada. –susurré.

-¿QUÉ?

-Sí, yo tampoco lo sabía, me he enterado hoy de que tengo una vida dentro de mí.

-No, no ¡NO! ¡Tú no puedes estar embarazada!

-Pues lo está. –dijo Brad con esa delicadeza que últimamente le caracteriza.

-¡ESTO NO PUEDE ESTAR PASANDO! ¡TE ACOSTASTE CON EL PRIMERO QUE PASÓ! ¡SABÍA QUE ERAS UNA MALDITA ZORRA! –esas palabras me hicieron daño, pero a lo mejor era lo que necesitaba, que alguien me lo dijese a la cara. Sí, lo era desde los 6 años, una maldita zorra como él ha dicho. Quizás era lo mejor, que Jack se separase de una vez de mí y fuese feliz, yo ya me las arreglaría.

-Jack, es mejor que te calmes. –intervino Brad separándolo algo de mí. No tenía miedo de él ni de su reacción, en realidad es lo que esperaba.

-¡CÓMO HAS PODIDO! ¡HE ESTADO A PUNTO DE DARTELO TODO!

-¿¡Y YO NO?!

-¡NO, LO ÚNICO QUE ESTÁS HACIENDO ES APROVECHARTE DE MÍ Y DE MI FAMILIA GRACIAS A QUE SOMOS LOS INTOCABLES!

-¡JACK, MIERDA, YO AL PRINCIPIO NO HACÍA MÁS QUE ALEJARTE, PERO TÚ ME BUSCABAS! ¿ESO ES CULPA MÍA?

-He de reconocer que ahí la chica tiene razón. –Brad sabía casi toda mi historia con Jack, o al menos el principio de esta, porque era lo que a él le había tocado.

-Nadie te ha dado vela en este entierro. –contestó furioso Jack. Al menos había dejado de gritar.

-Creo que sí debido a que he sido yo el que le he dicho a tu novia o lo que quiera que seáis que está embarazada. De nada a ti también.

-Lo mejor de todo esto es que ni siquiera sé lo que somos y que es una de las cosas que más nerviosa me pone porque no sé cómo debería sentirme o cómo debería actuar.

-Estas cosas las has decidido tú. Si quieres que me aleje lo haré y teniendo en cuenta tus anteriores palabras será mejor que me vaya. – y por el mismo camino que había entrado, salió.

Evenings in London | Jack HarriesМесто, где живут истории. Откройте их для себя