Capítulo 11.

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Jueves. 2 días. No hace falta que diga para qué ¿verdad? Tengo la teoría de que el universo me odia. Y más que eso la certeza. Decidí ponerme ropa deportiva para salir un poco a correr. Era una de las cosas que menos me gustaba dentro de hacer en deporte, pero necesitaba despejarme. No creía que nadie más tuviese la genial idea de salir a correr a las 7:30 de la mañana. La zona estaba tranquila y solo veía a gente pasear a sus perros. “Claro Lucy, la gente trabaja y va a la escuela.” A lo lejos vi una figura conocida. No sabía quién era a ciencia cierta. Nos fuimos acercando un poco más y conseguí distinguir el pelo de Jack. ¿Jack o Finn? Mierda. No conocía a Finn todavía así que no me podía arriesgar. Pasé a su lado y se me quedó mirando.

-Yo te conozco. –me dijo pensativo. Confirmado, Finn.

-Soy Lucy. Encantada.

-Finn. Me suenas de mucho pero no sé de qué.

-Salgo en un vídeo con Zoella, Alfie, Marcus y Caspar.

-Ah, claro, tú eres la chica nueva. Jack  me ha hablado de ti.

-¿Te importa que sigamos corriendo? No quiero perder el ritmo.

-Claro.

-Tengo entendido que esta no es tu zona.

-¿Me acosas cómo para saber porque zonas corro? –Bromeo.

-No, -reí con él. No sabía cómo lo conseguía, pero cuando que me juntaba con uno de los dos gemelos acababa riendo por una tontería. –Pero sé que no vives por aquí, un poco, bastante lejos de aquí.

-Me gusta la zona y además no mucha gente me conoce por aquí, así que puedo correr tranquilo.

-Eso es bueno.

-Sí, supongo que lo es. –nos quedamos en silencio mientras corríamos. Me concentraba en mi respiración un poco agitada por el ejercicio y en que mis pasos no se cruzaran.

-Lucy, llevamos ya 3 km, ¿no crees que ya es hora de parar? –dijo Finn con una cara de agotado que no podía con ella.

-¿No puedes más Finny Finn?

-Lo digo por ti más que nada. – se le entrecortaban las palabras mientras yo seguía sacando toda la rabia acumulada de ayer corriendo.

-¿Seguro? Yo puedo seguir otro más.

-Vale, no puedo con mi alma. ¿Me vas a dejar tirado en una esquina o me acompañaras en mi dolor?

-Te acompañare en tu dolor, que no será para tanto. –Llegamos a un banco y nos sentamos en él.

-Jack me habló ayer de ti.

-Me lo has dicho antes. –sonreí.

-¿No quieres saber lo que me dijo?

-Si tiene algo que decirme me lo dirá él, ¿no crees?

-Claro. Por cierto, muy bonitas las fotos desde el London Eye, sales muy bien. –y con esa frase se fue dejándome en el banco. La gente tiene la manía de dejar las conversaciones a medio hacer.

-¡FINN, ESPERA! –dije mientras él se paraba y yo corría hacía él. –Tú no me conoces por el vídeo de Zoella.

-¡Bingo para la señorita!

-Sabías que era yo desde el principio.

-Puede.

-Y que hayas venido hoy por aquí no es una coincidencia.

-No, no lo es. Mi hermano se quedó muy preocupado por ti anoche e investigue un poco y vine hoy.

-Considerado por tu parte. ¿Quieres algo? –suena muy borde, lo sé, pero no me salía ser de otra manera.

-Oye, Lucy entiendo que  te hayas molestado, pero, tenía que hacer algo por él.

-Vale, pero no me he molestado por ti. Me ha molestado que no viniese él. Si me disculpas, tengo que volver a mi casa. –volví andando hacía la mansión. En el camino tuve todo el tiempo para pensar y más del que necesitaba. Hoy llamaría a mi madre en cuanto llegase. En parte agradecía el gesto de Finn por preocuparse por Jack, y en parte por mí. Pero prefería que hubiese sido Jack el que hubiese venido. ¿Decepcionada? Quizá. No lo sé. Llegué a la casa del jardín y nadie había dentro de ella. “Bien, parece que el día mejora un poco.” No puedo decir que haya sido malo del todo, pero podía haber pedido algo más. Me di una ducha, y me puse un aperitivo. Últimamente todo me hacía perder el apetito. Decidí ponerme a grabar y editar el vídeo de la semana siguiente para rellenar lo que me quedaba de día y echarme a dormir.

Viernes. Mañana. Me va a dar algo. Estoy hecha un manojo de nervios. No puedo parar de temblar. Y solo me he despertado. Me levanté y apenas podía coger la taza para desayunar. Lucy, por favor tranquilízate. Me estaba dando un ataque de ansiedad. Reconocía los síntomas.  Sensación de mareo,aceleración del pulso, dolor de pecho y vista nublada. Cogí una de las típicas bolsas marrones para vomitar y empecé a intentar controlar mi respiración mientras imaginaba que estaba en un prado tranquilo. En cuanto me tranquilice un poco comencé a hacerme mi desayuno. La mañana pasaba normal y alguien llamó a mi puerta.

-Hola Brad.

-Hola, ¿estás bien?

-Sí, algo mejor, ¿cómo te va a ti?

-Bien, ¿te importa si paso?

-No. Adelante. –pasamos hacia el salón donde nos sentamos en el sofá, como antes.

-Venía a preguntarte que tipo de traje debería llevar mañana para que fuésemos más o menos conjuntados.

-Creo que un traje negro con corbata del mismo color y una camisa blanca sería perfecto. Mi vestido es gris igual que los zapatos.

-Espero que lo tengas demasiado tiempo puesto, eso será una buena señal.

-Sí, lo sé. Elizabeth me ha dicho lo mismo.

-¿Estas bien con respecto a ella?

-Me lo ha contado todo, no hace falta secretismos.

-Oh vale, repito mi pregunta.

-Sí, estoy bien, y por una parte la comprendo, pero cuando yo consiga librarme de Conor, haré lo posible porque ellos también.

-Ya no lo llamas “papá” o “mi padre”.

-No se merece tanto cariño por mi parte.

-Apariencias Lucy.

-Lo sé. ¿Vas a ir a comprar el traje hoy?

-Sí, esta tarde después de las 17:00 más o menos iré.

-Quédate aquí a comer y vamos juntos.

HOLIS GUAPAS. Como recompensa de que la semana pasada no subí y he tardado mucho en subir el de la semana pasada pues tenéis este. Espero escribir más seguido. No tanto como a capítulo por día pero menos da una piedra. Recordad que si me hacéis preguntas en los comentarios las contesto aquí en el siguiente capítulo y hoy voy a pedir unos votos y comentarios para el siguiente capítulo. Votos 3 y comentarios otros 3 para mí es muy importante que me digáis lo que os parece. Gracias y adiós.

Evenings in London | Jack HarriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora