Capítulo 20.

1.7K 82 10
                                    

-Lucy, ven. Vayamos a otra habitación para que te puedas calmar. –susurró Jack en mi oído.

Me levanté y fui caminando hacía la habitación de invitados, donde solía dormir Caspar. Escuché a Jack hablar con los demás antes de dirigirse hacia aquí. Lo esperé sentada en la cama mientras tapaba mi cara con mis manos. No podría mirarme al espejo. Había visto una solución, y eso me tranquilizaba. Sabía que tendría que hablar con Brad. En él también estaba parte de la solución. La puerta se cerró e inmediatamente Jack me estaba abrazando, lo cual yo correspondí.

-No lloras solo por la película, ¿verdad?

Negué con la cabeza. Los brazos de Jack me estrecharon más sobre su pecho.

-Creo que he encontrado una solución. –susurre contra su pecho.

-¿Qué?

-Sí, ellos piensan que somos de diferentes bandos, que puedo arruinarles, cosa que es cierta. Por eso hay tanto odio. Si les hago creer que estamos en el mismo bando quizá pueda parar toda esta mierda.

-Pero ¿cómo lo vas a hacer?

-Eso es lo que no sé y lo que todavía me preocupa.

-Sabía que podrías hacerlo.

-No cantes victoria Jack.

-Bueno, al menos has dado un paso hasta ella.

-Sí, menos da una piedra. Pero tengo miedo.

-¿Miedo? ¿De qué?

-De que salga mal y decepcionaros.

-Eh, mírame. –dijo levantado mi cabeza por la barbilla. –no nos vas a decepcionar, no lo has hecho hasta ahora. Eres una de las personas más fuertes que conozco y me atrevo a decir que la más fuerte. Y si fracasas es porque lo has intentado y eso ya es más de lo que nadie ha hecho. – comenzó a acariciar mi mejilla con su dedo pulgar en círculos.

-¿Y si se vuelve peor? –aparte mis ojos de su mirada insistente.

-Lucharemos contra ellos.

Me acerque hacía él. Necesitaba estar más cerca. No sabía en qué sentido pero lo necesitaba. Pero, ¿él querría estar cerca de mí? ¿Y si solo soy yo la que siente cosas? Porque admitámoslo, siento cosas por este gemelo. Cuando estoy con él todo se esfuma. Somos nosotros dos  y nadie más. Quizás él sea la clave. Quizás yo no sea tan mala para él como parece. Quizás todo esté en mi cabeza y nada de esto es real. Jack se dio cuenta de la lucha interna que yo tenía. ¿Debía o no debía? Y de un momento a otro, dio el paso. Me besó. Nos estábamos besando. ¿Está pasando? ¿Es real? Por supuesto que lo es. Mordió mi labio inferior para dar paso a su lengua a lo cual yo le correspondí. Sentía un zoológico entero dentro de mí. No había sentido eso con nadie. Ni con Brad. Jack se separó de mí para coger aire y supongo que también para ver mi reacción.

-Lo siento. –agachó la mirada y se giró.

-No, Jack, no lo sientas. Yo también quería eso. De hecho todavía lo quiero. –Jack volvió a mirarme con algo de esperanza en sus ojos. Yo me lancé hacía sus labios. Necesitaba que viese que él no era el único que tenía valor para estas cosas. Que yo también le quiero. Un momento, ¿le quiero? Esto está pasando demasiado rápido.

-Lucy no quiero que esto nos separe. –dijo con algo de miedo.

-Sabes que si fuese por mí no tendríamos ese problema. –La mierda de Kenneth y Conor otra vez encima de mí. Me separé de Jack definitivamente pensando en que hacer para lidiar con ellos. Para que nada recaiga sobre Jack.

-Lucy sé que te preocupas por mí y en todo lo que me puede afectar el estar contigo, pero no me importa lo que ellos puedan hacerme si estoy a tu lado. De verdad.

-Jack, yo… –se me entrecortaba la voz. –esto es demasiado grande. Se me va a escapar de las manos y al final te irás como todos hacen.

-¿Qué te hace pensar que yo me iré?

-Todo. La situación. La presión. El momento.

-¿Cuándo va a ser la siguiente cena?

-Nochevieja.

-Tenemos casi un mes. Podemos hacer algo mientras.

-Lo sé.

-¿Y si te filtras entre ellos?

-Esa es la idea que había tenido yo. Pero, ¿cómo?

-Eso es Lucy, meterte en su empresa. Así podrías darles más libertad a tu madre y a tus hermanastros.

-Claro. Eso es. Tienes razón. Si trabajo para ellos estaré en el mismo bando.

-Y terminarías de ver todos los trapos sucios de su empresa.

-Es perfecto.

Unos toques tímidos en la puerta resonaron por la habitación.

-¿Quién? –contesto Jack por mí.

-Soy Zoella. Hay una llamada para ti, Lucy.

-¿Para mí? –fui lo más deprisa que pude hacia la puerta para coger el teléfono. ¿Quién podría ser? – ¿Sí? –contesté en cuanto cogí el teléfono.

-¿Lucy? ¿Cómo te has atrevido?

-Conor. –dije en un suspiro. –Yo, yo no, no sabía que ese era su restaurante. No hubiese ido.

-¿Sabes todo lo que he estado a punto de perder? –Jack me estaba haciendo señas de que pusiese el altavoz. Lo hice. – ¿Eres consciente de todo lo que podía hacerle a tu madre si llego a perder una sola libra por culpa de tu negligencia? –miré a Jack con miedo. Él sabía la situación de mi madre actualmente. Él me correspondió con una mirada serena, haciendo que poco a poco me calmase.

-Lo sé. No ha sido culpa mía, yo no sabía nada.

-Eso dices siempre.

-¿Qué tengo que hacer para arreglar el desastre que he hecho?

-Lo sabes perfectamente. –estaba hablando de, otra vez, entregarme a Kenneth. Sin una fiesta por en medio. Por “voluntad propia”.

-Pero yo he hablado con él, le he pedido perdón. Repetidas veces.

-¿Qué? –susurró Jack. Inmediatamente puse mi dedo índice sobre sus labios. No podía arriesgarme a que Conor le oyese y se armase la 3ª Guerra Mundial. Bastante tenía como para añadir que Jack estaba escuchándolo todo.

-No ha sido suficiente Lucy. Sabes que nunca lo eres.

-Conor, yo ya no sé qué más hacer. Estoy intentando llevar una vida medianamente normal acatando vuestras reglas. ¿Qué más queréis de mí?

-Quizás que seas un poco más responsable ayudaría un poco.

-Podría trabajar en la empresa también.

-¿Cómo?

-Siempre dices que voy a heredar todo. Debo aprender cómo funciona.

-Bien, cuando vuelvas hablaremos del tema.

Colgué la llamada y miré a Jack.

-No digas nada, por favor.

Evenings in London | Jack HarriesWhere stories live. Discover now