Capítulo 10.

2.4K 118 3
                                    

Entré rápidamente a “mi” casa. Por suerte mi padre no me estaba esperando dentro. Me puse algo rápido para comer y me senté en el sofá mirando hacia la televisión apagada. No necesitaba nada que metiera ruido ahora. Necesitaba silencio para pensar. Mi vida giraba alrededor de un solo día. El sábado. Odio esto. Pero no hay nada que yo pueda hacer para evitarlo. El final era inminente. ¿Qué iba a hacer cuando la prensa me siguiera? ¿Cuándo todo el mundo pensara que yo estaba en YouTube con Zoella y demás por mi padre? En parte era cierto. La realidad de la que no podía escapar. A quién iba a mentir. Mi madre se consolaba pensando que era libre. Pero no, no lo era, ni lo es. Y lo peor, depende de mí. Depende de mí que toda su nueva vida con Olly no se vaya al garete.

De pronto un fuerte portazo se escuchó. La puerta principal había sido abierta por mi padre, el cuál venía hecho una furia. Sabía perfectamente el motivo de su enfado. Lo había estado esperando toda la tarde desde que llegué.

-¡CÓMO TE ATREVÉS A CONTESTESTARLE ASÍ!

-¿Cómo te atreviste a llevarme con él cuando era tan solo una niña? –contesté con fuerza. Esta vez no me iba a echar atrás.

-¡TÚ NO PUEDES HACER ESO!

-Supuestamente tú tampoco puedes obligar a nadie a mantener relaciones, y menos a un menor.

-¡SIEMPRE HAS SIDO UN PROBLEMA!

-Ya, lo sé, para ti todo es un problema. ¿Qué le has hecho a Luke? ¿Lo mismo que a mí?

-¡NO TE ATREVAS A CONTESTARME ASÍ! -me cogió por el cuello de la camisa y me estampó contra la pared. Sabía lo que venía. Pero aun así seguí replicándole.

-¿Vas a hacerme lo mismo que a mamá? ¿Me vas a pegar hasta que casi no pueda ni levantarme? No creo que a tus patrocinadores les haga mucha gracia saber todo lo que has hecho. Aunque por otra parte serías una mina de oro para la prensa. –volvió a estamparme contra la pared haciendo que recibiera un fuerte golpe en la cabeza. A diferencia de mi madre yo sabía defenderme. Pero sabía que si movía un solo dedo me inmovilizaría y me daría la paliza de mi vida. –Me haría de oro si dijese todo lo que sé de ti. –susurré sobre su oído. Había terminado de enfadarle. Un puño fue estampado en mi cara. Después me tiró al suelo y mientras esperaba otro golpe sobre mí no pasaba nada. Escuchaba una pelea, pero no era la mía. Abrí mis ojos y vi a Brad y a mi padre pelear. Él me estaba defendiendo. Rápidamente me levanté he intenté que parasen. Era casi imposible. Gritaba, me movía alrededor de ellos, pero nada. Un jarrón estaba a mi derecha. Brad estaba en el suelo forcejeando. Mi padre era más fuerte y más grande que él. Cogí el jarrón y lo tiré al suelo acaparando la atención de los dos hombres.

-¡PARAD! ¡ESTO NO LLEVA A NINGÚN LADO! Al final todo saldrá como tú has planeado, ¿verdad “papá”? –hice las comillas en esa palabra. Después de hoy ya había aguantado demasiado. –Creo que tienes que ir a calmarte y por favor, habla con tu socio y pídele perdón de mi parte. –Increíble que yo haya dicho esas palabras. Pero, mi madre estaba ahí. Iba a ir a por ella sino podía conmigo.

-Has tomado la decisión correcta. –se fue. Se dice que después de la tormenta llega la calma. Pues aquí nunca hay calma. Lágrimas se amontonaban en mis ojos. No iba a llorar delante de Brad. Ahora mismo le debía casi la vida. Él se levantó y me abrazó.

-¿Estas bien? –negué con la cabeza. No tenía palabras. –Te dije que algún día lo pararías.

-Más bien todo lo contrario. Gracias.

Evenings in London | Jack HarriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora