Capítulo 25.

1.7K 83 3
                                    

Sabía que la respuesta es un sí. Entonces, ¿por qué me quedo callada? ¿Por qué no le contestaba? La situación se empezaba a poner tensa.

-Jack, yo… -dije intentado darme tiempo.

-Lo entiendo, es pronto, y debes estar abrumada. Te acabas de despertar de un coma.

-No, no es eso.

-¿Entonces?

-No quiero cagarla. –clavé mi mirada en el suelo y respiré hondo.

-Tranquila, tendremos tiempo para todo eso.

Vale, no voy a hacer un drama de esto. Bueno, sí, sí que lo voy a hacer. Siempre lo hago. Empezando por el que no he contestado. Dudas. ¿Y si no soy correspondida? ¿Y si me miente? ¿Y si solo me quiere como un juguete? «Lucy, para.» me dije a mí misma. Jack volvió a recostarse sobre aquel incómodo sillón. La situación era incómoda, al igual que el sillón.

-Bueno… ¿Qué ha pasado en estos 4 días?

-Nada demasiado interesante, solo cosas sin importancia.

-¿Cómo cuáles?

-No hemos salido de la crisis, te ha venido a visitar casi todo el mundo, el tío ese por el cual estás aquí me ha amenazado, ha llovido mucho en estos últimos días y te he echado mucho de menos.

-¿QUÉ KENNETH HA HECHO QUÉ?

-Oh vamos Lucy, no le des importancia.

-¿Qué no le dé importancia? ¿Pero tú sabes todo lo que puede hacer con esas manitas, mente maligna y contactos que tiene?

-Lo sé. Casi me pone una pantalla gigante con un power point sobre todas las cosas que ha hecho con tal de meter miedo.

-Tengo la sensación de que no eres consciente, otra vez, de la gravedad de la situación.

-Lucy no me voy a ir a ninguna parte sin ti, y mucho menos si ese tío me amenaza con eso. No va a encontrar mi punto débil y hacer que eso sea tan fuerte como para irme.

-Jack –agaché la cabeza. –Esta es la razón por la que no deberíamos estar… -detuve mis palabras. No somos novios. No estamos juntos. No sé lo que somos.

-¿Cómo no deberíamos estar?

-Es que no sé lo que somos. Pero esta especie de “amigos con derechos”, “rollo”, llámalo como quieras. Estoy arriesgando mucho. Estamos arriesgando mucho.

-A ver, vamos por puntos. Te he dicho mil y una veces que no me importaría estar en jodido culo del mundo, lleno de mierda hasta arriba si tú estás conmigo.

-Eso es lo que dices ahora. Imagina tu vida y la de tus familiares jodidos hasta el fondo. Tu hermano Finn lleno de deudas, tu hermana pequeña sin un techo dónde vivir y tus padre viviendo en cualquier vertedero. ¿Te quedarías a mi lado viendo como por mi culpa todo eso ocurre?

-Pues claro que sí.

-No Jack, sé sincero.

-Estoy siendo sincero.

-No, los protegerías, harías cualquier cosa por ellos. Lo sabes.

-No, no lo haría porque mi punto débil no son ellos. Y Kenneth lo sabe.

-Entonces ¿qué? ¿Vas a dejar que hagan daño a tu punto débil? –dije con algo de sarcasmo.

-Por algo estoy aquí, ¿no?

Eh, ¿a qué venía eso? Conectemos los cables. Ha dicho que a su familia no le van a hacer nada. Desde que nos pillaron en su restaurante no me han amenazado con hacer daño a mi madre. Es más, creo que están cambiando de objetivo. Desde ese día, Jack entra en juego. Ese fue el día que nos besamos por primera vez. Él y yo. No, no, no puede ser. Yo no puedo ser su punto débil. No.

-Jack, no, yo no puedo ser. No, es imposible.

-¿Por qué? ¿Por qué te niegas a que eso sea cierto?

-Porque no puedo serlo.

-¿Tienes miedo de que te haga daño?

-¡No!

-Bien, yo no iba a dejar que lo hiciese.

-Esto es un error. ¿Ves por qué tenía miedo?

-Vamos Lucy, yo sabía dónde me metía al decidir estar contigo. Esto no es culpa tuya.

-Sí, sí lo es. ¿No te das cuenta? Yo te he metido en esto. Yo he dejado que esto ocurra.

-Lucy, llevo en esto más tiempo del que piensas. Mi padre es un gran accionista de tu empresa.

-No digas que es mía, porque no lo es.

-Oh venga, ¡vas a heredarlo todo y me dices que no es tuya!

-No, no lo es. No la voy a heredar.

-¿Por qué?

-Me estas pidiendo que le de fuerzas a lo que me ha hundido para que siga haciéndolo.

-Ya estas dentro de la empresa, así que… qué más da.

-No da igual. Estoy dentro de la empresa con otros fines. Estoy para hundirla. O al menos para ser totalmente libre de ella.

-¿Y qué harás después de eso? Nadie querrá contratar a una persona con un padre como el tuyo por miedo. –Y ahí la realidad me volvió a dar en toda la cara. –La reputación que vas a tener. El miedo a hacer algo mal contigo y que tomes represalias contra ellos, y ellos, los cuales saben que van a perder por ser quién eres. ¿Y me estás diciendo que tienes opciones?

-Quizás mi vida no sea la más perfecta del mundo, ni tenga todo hecho, pero la quiero vivir yo, no que me controlen siempre.

-Lucy se realista. Tienes todo hecho y de la mejor manera. ¿Sabes lo que podría implicar dirigir esa empresa?

-Jack ¡¿te estás escuchando?!

-Perfectamente.

-No, no lo estás haciendo. ¿Has escuchado hablar de los sueños? Creo que tú estás cumpliendo el tuyo con YouTube. Tus sueños se están cumpliendo. Pero qué pasa con los míos. ¿No tengo derecho a que se cumplan?

-Sí, pero los sueños cambian. El mío ya no es hacer vídeos, bueno en paste lo es.

-Entonces ¿qué haces haciendo cosas que no te gustan?

-Yo no he dicho eso nunca.

-¿Entonces por qué no vas tras tu sueño?

-¡Estoy yendo tras él!

-Es más fácil juntarse con la hija de un empresario millonario y que ella haga que tus sueños se cumplan solo con chasquear los dedos.

-¡¿Y NO SE TE HA PASADO POR LA CABEZA QUE MI SUEÑO ERES TÚ!? ¿No se te ha pasado por la cabeza que cada vez que te veo en esa camilla, me mata la culpa por dentro? Kenneth me conoce desde que yo tenía 3 años Lucy. ÉL sabe casi todo sobre mí y mi familia. Estás aquí por mi culpa. Si yo no me hubiese acercado a ti…

-¿Sabías quién era desde el principio?

-Sí. –dijo con la cabeza gacha.

-¿Nos conocemos de antes?

 

-Sí, pero prefiero que no lo recuerdes.

Evenings in London | Jack HarriesWhere stories live. Discover now