Capítulo 8: Infierno- Cristal

Começar do início
                                    

El rapado hervía de rabia, apretaba sus puños con violencia, sus nudillos palidecieron totalmente, mis palmas ardieron y fue hasta ese entonces que noté que clavaba mis uñas en ellas, al igual que el rapado yo estaba furiosa por que la oscuridad oculta en Luis había ganado esta noche y al fin la había conocido.

Luis sonreía con arrogancia.

Me dio asco mirar como humillaba a ese sujeto. Y más al notar que todos vitoreaban al Príncipe, restando importancia al verdadero ganador de la carrera.

Todos se agolparon a la calle para saludar a Luis, todos seres malvados y oscuros.

Yo en cambio caminé al auto rojo, buscaba algo de paz y luz quizás, quería estar con alguien que sintiese la misma bronca e indignación que yo por el espectáculo previamente realizado, encontré al rapado musculoso sentado en el asiento del piloto limpiando su rostro con la remera.

─¡Felicitaciones!─ solté demasiado efusiva. Me miró extrañado, aún  limpiando su rostro, tratando de quitar, en vano, la sangre ya seca.Mierda de primera impresión, Cris.

─Gra...gracias─ articuló al fin confuso, frunciendo el ceño.

─Fue una buena carrera...─ dije aunque no la vi, él sonrió y eso bastó para mí.

Silencio incómodo.

─¿Qué haces aquí?─ me dijo extrañado cuando estaba por alejarme de él. Su pregunta me sorprendió, no la esperaba.

─ Vine con él...─ señale, con vergüenza,  a Luis que estaba mirándome entre la multitud.

─ ¿Eres suicida o masoquista?

─ Ni uno, ni otro. ¿Por qué?

─ Porque el Príncipe esta jodido. No es seguro estar cerca de él. Piénsalo mejor, cariño.─ dijo y le creí, ya varios me advirtieron ─
Por cierto mi nombre es Eric.

─Cristal─  me presenté y quedé confundida por lo que me dijo pero creía en sus palabras, Luis y todos en El Infierno están jodidos. Incluido Eric, por algo está aquí.

─ Tengo que irme ¿nos vemos luego?─ dijo Eric poniéndose de pie y giñando su ojo derecho, ganándose el primer lugar por ser la persona más normal y amable del sitio.

─Claro─ Sonreí. Era lindo encontrar a alguien amable en este lugar infame. Me sonrió y se fue, dejándome de nuevo sola en la oscuridad.

Esperé afirmada en el auto alguna señal de Luis, estaba a la expectativa de que algo malo pasase, mi instinto me mantenía alerta pero lo que pasó no me lo imaginé. Oí  los pasos cerca de mí, el temor apareció aunque intenté disuadirlo  mis ojos buscaban al tipo que me trajo aquí pero no lo veía.

─Zorra...─ escuché venir de alguien a mi izquierda. ¿Se refería a mí?─ Aléjate de mí príncipe o te romperé tu asquerosa nariz─ sí, si se refería a mí.

Giré para enfrentarla, era la rubia de botas negras que había visto al llegar. La de mirada psicópata, Si su mirada fuese un láser mortal me volaría la cabeza al instante.

─No sé quién eres...pero por favor déjame en paz─ articulé confusa ante la estúpida mujer alejándome lentamente de ella, su cara de drogada no colaboraba con mi miedo a morir en éste sitio.

Todo ocurrió rápido.

Sentí como un puño se hundía en mi estómago. Dolía. Otra vez sentí el dolor, pero esta vez fue en mi pómulo izquierdo. Otro puño me impacto. Vi la sonrisa de satisfacción de la demoniaca y desquiciada rubia. Me doblé del dolor en mi estómago.

JUNTOS (#SYPS)Onde histórias criam vida. Descubra agora