27.

642 69 20
                                    

Desperté en mi cama, sin nadie a mi lado, cosa que hizo que me confundiera más de la cuenta.

Fruncí el ceño y no sólo me pregunté cómo había llegado a mi cama, si no ¿Dónde estaba Jungkook?

Me levanté aún con sueño y le observé en la puerta de entrada, listo para salir.

– ¿A dónde vas? –pregunté echando mi cabello hacia atrás.

– Despertaste. –sonrió. – Iba a comprar el desayuno. –miró a la cocina. – No tienes absolutamente nada en esta casa.

– Pensé que tenía todo lo que te gustaba.

– Actualmente sólo estás tú. –sonrió. – Vuelvo en unos minutos.

– Vale, ten cuidado. –asentí.

Suspiré con una sonrisa en el rostro, él iba a traerme el desayuno.

Pensé que quizás podríamos desayunar viendo alguna película o si no quería ver nada podíamos desayunar en mi cama, aunque eso me llevaría por un camino que quizás era demasiado apresurado.

Decidí matar el tiempo dándome una ducha para estar listo cuando llegara y así no tener que apurarme.

Salí del baño con la toalla en la cintura y escuché la puerta abrirse.

– ¡Ya volví! –gritó.

– ¡Voy enseguida, me estoy vistiendo! –respondí y comencé a vestirme rápidamente.

Salí de mi habitación con unos pantalones negros, camisa celeste, corbata negra y no olvidé llevar la chaqueta que hacía juego con los pantalones.

Él me miró de pies a cabeza, elevó sus comisuras y siguió sirviendo el desayuno.

– ¿Por qué me miras así? –pregunté sonriendo, tomando la punta de mi corbata e inclinándome hacia él.

– Es extraño verte vestido así. –comentó ignorando mi mirada.

– ¿Era mejor con la ropa interior? –pregunté con un puchero.

– La verdad es que esa es una pregunta difícil. –se rio.

– Mmhh, me gusta que no puedas decidir entre ambas. –dije depositándole un beso en la mejilla.

Desde esa vez que le besé en los vestidores de la sala de ensayo no había vuelto a probar sus labios y sentía que iba a volverme loco si no lo hacía.

– Bueno, traje suficiente comida para ambos, así que aquí tienes. –dijo señalando todo el desayuno.

– Gracias. –sonreí.

– ¿En cuánto más debes estar en el trabajo?

– Hora y media. –respondí rápido. – Pero me demoro media hora en llegar.

– Ah. –soltó sin mirarme.

Era suficiente tiempo. –pensé.

– ¿Ya buscaste los tickets del viaje? – pregunté, intentando quitarme pensamientos impuros de la cabeza.

– Sí, los retiré ayer, ¿Y tú? –preguntó mirándome.

– También los retiré ayer, durante mi almuerzo. Recuerda que debes pedir el papel de autorización de salida del país.

– Lo sé, se lo pedí a mi abuela y sólo faltan un par de firmas. –se encogió de hombros. – Ya todo está listo en cuanto a eso.

– Mmmh. –asentí. – Entonces ¿Qué harás hoy?

Amentiam [Jikook]Where stories live. Discover now