Amentiam [Jikook]

21.

Entré en la casa con algo de dificultad puesto que llevaba en una bolsita el desayuno que había decidido comprar.

El silencio era absoluto, asi que caminé con cuidado hasta mi habitación luego de dejar todas las cosas sobre la encimera y lo observé desde el marco de la puerta.

Su piel, de un color tan bonito, no era demasiado clara pero tampoco era muy morena, era especial de Jungkook. Su tatuaje adornaba la suavidad que ofrecía su antebrazo y sus labios entreabiertos le daban un aspecto tierno a toda su faceta adormilada. A decir verdad quería que despertara pues ya se hacía tarde y debíamos ir a buscar sus cosas, pero realmente disfrutaba mirarlo. No pude evitar acariciar su piel y era, tal como se veía, tan suave que llegaba a ser adictiva.

Mis dedos recorrieron lentamente su brazo, hasta llegar a su cuello, donde pasé directamente a tocar su rostro.

– Mmmh.... –se quejó pero aun así parecía tranquilo bajo mi tacto.

– Despierta, ya es tarde. –dije en un tono bajito.

Sus ojos se abrieron de forma casi imperceptible.

– Buenos días. –dije sonriendo.

– ¿Qué haces? –preguntó adormilado.

– Acabo de llegar pequeño.

– ¿Llegar? –preguntó frotando sus ojos.

– Fui a buscar el auto, hice una copia de la llave fui a buscar los pases para mi ceremonia de graduación y traje desayuno.

– Una mañana muy productiva. –dijo con una sonrisa en su rostro.

– Así es, decidí dejarte dormir porque merecías descansar mucho. –él sonrió y se sentó en la cama, pero apenas se movió su rostro expresó una mueca de dolor y se quejó.

– Luego de buscar tus cosas iremos directamente al hospital. No puedes estar así. –comenté con miedo.

Me miró desde su posición y asintió sin estar cien por ciento convencido.

– Te traeré el desayuno. –dije levantándome hacia la cocina.

Saqué las cosas que había comprado y las recalenté antes de llevarlas a la cama, con cuidado de no olvidarme de nada.

– ¿Recuerdas cuando te dije que tenías de todo lo que me gustaba en la casa? –me preguntó cuándo me encontré cerca de él.

– Sí.

– Sigues teniendo todo lo que me gusta aquí.

Sonreí y le di un corto beso en los labios. Luego, tomamos desayuno conversando amenamente sobre nuestros planes y le comenté que había obtenido cuatro entradas a mi graduación, que para mí buena o mala suerte era el mismo día de mi cumpleaños. La mayoría de la gente le otorgaba tres entradas, pero convencí a la chica de que me pasara una más pues le dije que tenía dos hermanos; obviamente no le conté que tenía una relación incestuosa con uno de ellos.

Jungkook tomó una ducha y nos fuimos directamente a su casa, donde en el camino Jungkook apenas dijo palabra, con suerte me miraba y pasó demasiado tiempo con las manos en puño y totalmente inquieto.

Cuando llegamos su respiración se agitó, por lo que tomé su mano para intentar darle algo de calma y ánimo.

– Bueno, entraré yo primero y tú...

– Yo nada, entraremos juntos. –No le dejé terminar y salí del auto.

Sentí sus pasos detrás de mí y cuando llegamos a la puerta principal, él sacó las llaves de su bolsillo trasero y pegó un suspiro antes de abrir.