Amentiam [Jikook]

3.

Llegué sólo con cinco minutos de retraso, aunque en el camino hice prácticamente una carrera del rally.

– ¿Qué tal tu noche? – Hoseok me sonrió desde la caseta.

– Gracias. – Lo miré de forma pícara.

– No es nada, ¿Te encargas de la gente hasta el almuerzo?

– ¿De qué hablan? – JongIn nos miró con las cejas elevadas mientras daba un gran sorbo a su café. 

– De anoche. – Hoseok nos sonrió. –Unas chicas querían salir, así que conseguí un revolcón doble para Jimin y Yo.

– ¿Por qué pasan estas cosas cuando tengo mi día libre?

– Eso es porque Jimin es guapísimo y tú no. – Hoseok le regaló una sonrisa cargada de egocentrismo.

– Yo no me haré partícipe de esto, iré a trabajar. –Dije riendo al dejar a ambos solos con su discusión sobre quién era el más guapo.

Cuando ambos trenes habían terminado el viaje de prueba alguien llamó mi atención.

– ¡Oye tú! ¡El chico del Black Hole 2000! –Llamaron con fuerza.

Me di media vuelta y observé al chico del día anterior. Como yo me encontraba sobre la atracción él tenía que gritar para que yo pudiera oírlo, así que bajé hasta la salida para no tener una conversación a base de gritos.

A diferencia del día anterior, ya no traía un expansor negro, ahora una argolla gruesa colgaba desde su oreja.

– ¿Sí? –Pregunté estando ya cerca.

Al mirarlo de frente pude observar que sus labios estaban muy bien definidos, sobre todo en el labio superior, una perfecta M se formaba en él, mientras que su labio inferior poseía una perfecta curva que lo hacía ser algo más grueso. Sus ojos, eran de un intenso color café que llegaba a ser casi negro, unas pestañas largas que le daban un toque especial a su mirada.

– Esto, un chico de otra atracción ha faltado el día de hoy y me han pedido a mí que lo cubra. La cosa es que no sé dónde está el Top spin ¿Tú sabes?

Miré hacia mi izquierda y a decir verdad tenía que pasar por ahí siempre para poder ir al baño, así que asentí. –Tienes que ir en esa dirección, dos atracciones más allá está, queda junto al baño.

Él dirigió su mirada hacia la dirección que le estaba dando y luego asintió. – Gracias. – Me miró a los ojos y luego sonrió.

– No es nada. –Dije casi en un suspiro.

Sonreí ridículamente sin poder evitar que mis comisuras se elevaran. A saber por qué sonreía como un idiota. De pronto sentí que hacía un calor de los mil demonios y subí de nuevo a la caseta.

– ¿Quién es ese? –Preguntó Hoseok siguiendo con la mirada la cabellera castaña que se dirigía justo por donde yo le había indicado.

– No tengo idea. – Respondí aun sonriendo.

– ¿Por qué sonríes? –Esta vez JongIn me cuestionó.

– ¿Eh? – Lo miré con el ceño fruncido y luego negué, obligándome a mantener la boca en una línea. – No es nada.

– Bueno, deja de soñar porque la gente está llegando.

Asentí y comencé mi trabajo, que duró casi tres horas con el fiel recuerdo de su voz y su sonrisa. Parecía poseído haciendo todo, poco escuchaba lo que me decían las chicas que subían a la atracción, obteniendo sólo un par de muecas de mi parte o bien una negación.