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No había vuelto a ver al chico ni a su amigo en más de una semana –En realidad sí lo había visto pero sólo un par de segundos, cuando me tocaba a mi entregar los cupones de canjeo de comida, sólo lo veía de lejos, nunca me atreví a saludar. –pero me había enterado de que Hoseok había hecho la amistad con Taehyung el día en que tuve mi libre, me contó que Taehyung había almorzado con él porque a ambos les tocó el almuerzo juntos y luego él fue quien le entregó los cupones esa misma tarde.

Habían pasado tantos días desde la última vez que lo vi que de hecho al día siguiente tenía libre otra vez. El trabajo se había vuelto incluso más aburrido sin escuchar su melodiosa voz.

– A veces me pregunto si en tu tiempo libre eres igual de pensativo. – JongIn se acercó a mí y me sonrió.

– A veces. –Elevé mis comisuras.

– Eres un chico muy tímido.

– A veces. – Me encogí de hombros. – En realidad me cuesta iniciar una conversación pero luego no paro de hablar.

– Ya veo. –Asintió.

– ¡¿Quién va al almuerzo ahora?! –Hoseok nos gritó desde los carritos.

– ¡Yo! – Respondí feliz y partí directo a mi hora de almuerzo.

Caminé sin esperanzas de encontrarlo ahí, aunque muy en el fondo esperaba que el destino me diera algún regalo.

Dentro del comedor estaba repleto, parecía que toda la gente había ido a comer ahora. Busqué una mesa disponible y sólo me encontré con una chica que tenía una silla vacía junto a ella.

– Hola, ¿Este está ocupado? –Pregunté con una media sonrisa.

– No. –Me respondió sonriendo.

– Ah, gracias. –Asentí y dejé mi bolso ahí.

Yo era algo flojo para cocinar pero mi madrastra había ido el día anterior a mi casa y había dejado la cena hecha, lo único que había encontrado era una nota que decía que me había hecho la lavandería y un poco el aseo de diario, incluyendo una maravillosa comida. Esa comida había sobrado hasta hoy así que la puse en un envase para calentarla luego.

Agradecido por la preocupación de mi segunda madre, tomé el envase y lo metí dentro del microondas. Cuando me di vuelta para esperar los dos minutos él se acercó ahí para meter un envase casi enano dentro del microondas.

Me quedé casi helado pues el espacio que había entre ambos era casi nulo, me quedé detrás de él mientras buscaba un microondas libre.

En eso, una mujer mayor me observó con amabilidad y me preguntó – ¿Necesitas un microondas?

Negué rápidamente. – Ya encontré uno, gracias.

– ¿Qué? –Él se dio media vuelta, mirándome fijo, pensando que le estaba hablando a él. Pronto dejó de mirarme a los ojos y observó el colgante con mi nombre para luego mirar directo a mi antebrazo.

Yo simplemente lo observaba desde cerca. Volvió su mirada a mí y me sonrió con sorna.

– ¿Cómo dices eso? – Dijo sin quitar la mirada de mi tatuaje. – Fl... flei. –Sonreí, era adorable.

Freie Seele. –Dije esta vez yo, pronunciando lo que decía mi tatuaje en letras casi inteligibles por su tamaño.

– Eso no es inglés. – Observó mi colgante. –Jimin. – Me enseñó una sonrisa.

– No, no lo es. – Esta vez observé yo su colgante. –Es alemán, Jungkook. – Pronuncié su nombre casi con deleite.

– ¿Y qué quiere decir?, ¿Es un secreto? ¿Algo sucio? –Elevó sus cejas de manera burlona.

Amentiam [Jikook]Where stories live. Discover now