13.

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Una última mirada en el espejo antes de salir a por él.

Jeans, botines café y a causa de una incipiente tormenta de nieve esta noche, sweater negro, chaqueta verde y bufanda.

Tengo el dinero, las llaves del auto, móvil. –pensé al detenerme en el umbral de la puerta de entrada.

Faltaban veinte para las ocho y acordé pasar por el a eso de las ocho y veinte.

Bajé por el ascensor hasta el estacionamiento y me deslicé dentro del asiento del piloto, listo para partir. Sinceramente estaba algo nervioso a pesar de que esto era una simple salida con un amigo a un bar.

De camino a su casa estuve con música increíblemente alta, música que me incitara a cantar y no a seguir pensando en qué pasaba conmigo. Pero la verdad, aun cuando lo intenté, pensé de manera irrevocable en todo lo que nos había ocurrido y es que quizás a mí me había afectado pero ya había pasado más de un mes desde que me llamó la atención, nos habíamos comportado como novios por una semana, dando caricias y abrazos, incluso nos besamos y compartimos una cama donde, al momento de despertar no me aparté de él ni él de mí. Nos quedamos ahí, disfrutando de las caricias del otro. Y si él no me gustaba ¿Por qué me comportaba así con él? No quería que me gustara por tantos motivos pero la situación estaba tan clara que parecía incluso absurdo seguir negándolo.

Este tipo de pensamientos me hizo olvidar el tiempo y los kilómetros avanzados, en menos de lo que esperé estaban frente a su casa, así que toqué la bocina esperando a que él saliera.

Pasaron un par de segundos donde me detuve a mirar mi móvil, y unos gritos desviaron mi atención hacia la casa de Jungkook.

– ¡Solo saldré un rato!

– ¡No me des la espalda mientras te hablo!

– ¡¿Pero qué quieres?! ¡No te apareces en esta casa nunca y ahora vienes a decirme que no puedo salir! –dijo girándose hacia un hombre de mediana edad que sostenía una botella de licor en sus manos.

– ¡No irás a ningún lado! –Gritó – ¡Vas a aprender a respetarme! –esta vez tomó la muñeca del menor y lo acercó a él.

– ¡Joder, déjame en paz! –Jungkook quitó su mano con desagrado y se volvió a girar, ahora hacia mi dirección. – ¡Estaré de vuelta mañana!

Jungkook camino cabizbajo, hasta llegar al auto y abrió la puerta.

– Arranca. –pidió al cerrar la puerta junto al él.

– Oye...

– ¿Puedes no decir nada por unos segundos?

– Claro. –asentí y emprendí camino.

No fueron segundos, fueron minutos. Su respiración se escuchaba agitada y ni siquiera había dirigido su mirada hacia mí.

– Jungkook. –le llamé cuando paramos en una luz roja.

– Lo siento, estoy demasiado avergonzado, ni siquiera puedo mirarte.

– Oye. –tomé su barbilla y le hice mirarme. – Todos hemos tenido problemas en casa, no te avergüences ¿Está bien?

– Gracias. –me respondió dando un suspiro.

La luz verde resplandeció al frente en el camino y aceleré cuidadosamente para seguir el camino.

– ¿Pasó algo malo? –pregunté y vi que mordió su labio. – Oye, si no quieres decirme está bien, entiendo que no te sientas cómodo.

– No, está bien, si quiero contarte. – Subió un poco el volumen a la música y suspiró. – Mañana es el cumpleaños de mi abuela y mi papá ha llegado esta tarde para mañana estar acá, es sólo que no se ha podido ahorrar el llegar con alcohol y pues ya hizo su propia fiesta. –me quedé en silencio, esperando a que continuara. – Lo que me molesta más es que mi abuela no le diga nada, simplemente lo deje ser y al final es ella quien sufre más de la cuenta.

Amentiam [Jikook]Where stories live. Discover now