"El principio del fin"

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Tyler agarraba las caderas de Bonnie mientras la penetraba contra la pared. Las piernas de ella se enredeban en su cintura mientras se enterraba en ella con violencia. Los dedos de Bonnie se clavaban con fuerza en los hombros de él, con la cabeza echada hacia atrás y los ojos cerrados. La respiración de Tyler era trabajosa y excesivamente sexual en el hombro de la pelirroja. Bonnie gritaba sin contenerse a todo lo que daban sus pulmones.

Habían empezado hacia doce minutos exactos, pero Tyler ya quería venirse. No podía aguantar mucho más. Estaba muy necesitado de ella.

Bonnie habia empezado a tensarse. El familiar nudo se estaba formando en su bajo vientre cada vez más grande, cada vez más abajo.

Miró a Tyler a los ojos, con expresión agónica. Sus miradas se encontraron en medio de su punto más álgido, de su pasión más brutal.

Tyler se llenó de reconocimiento.

Nunca podría sentir aquello con nadie. Nunca se sentiría así con ninguna otra. Nadie era así, nadie era cómo ella.

Cerró los ojos.

Solo era ella. Solo con ella, y por ella. Nada sería igual después. Nada valdría, nada sería suficiente.

-Me voy a venir dentro. -jadeo.

Bonnie asintió frenéticamente.

-Yo ya no puedo más. -gimio.

Y solo con el sonido de su voz, Tyler se corrió en su interior. Bonnie apretó los párpados, y abrió la boca. Su estómago dio una sacudida, y se vino escandalosamente a su alrededor.

Sus respiraciones se desataron juntas, al mismo tiempo. Soltaron el aire contenido, y se miraron a los ojos.

Tyler aún seguía dentro de Bonnie, y todavía estaba eyaculando. Ambos estaban sudados y colorados.

Se pertenecían. Así era, así había sido siempre, y así seguiría por siempre.

Tyler saco sus manos de sus caderas, y rodeo su cuello con las dos manos. Con los pulgares la acarició la mandíbula y el labio inferior. Y mirándola a los ojos con intensidad dijo:

-Soy tuyo. -murmuro.

Bonnie le miró con solemnidad.

-¿Estas seguro de eso? -susurro.

Tyler cerró los ojos, y unió su frente a la suya.

-Nunca podré ser de nadie. Se sido tuyo por demasiado tiempo. Te llevo en el ADN.

Bonnie tomó una respiración irregular. Con el corazón martilleando en su pecho.

-No estás pensando con claridad. Aún tienes la polla dentro de mí. Creo que debo irme para que puedas aclararte.

Tyler la miró con pánico. Como si sus palabras fueran el más perverso de los cuentos de terror.

-Por favor, duerme conmigo. Te lo suplico, quédate. Por favor. -sus palabras solo eran una exhalación.

Bonnie le miró firmemente a sus ojos pálidos.

-No tienes derecho a decirme esas cosas. No es justo para mí corazón.

Tyler abrió mucho los ojos, sorprendido.

-¿Tu... tu corazón?

Bonnie había intentado evitar aquello. Lo había intentado con toda su alma. Sus ojos quemaron con lágrimas retenidas por demasiado tiempo.

-Tú eres mi corazón.

Tyler estaba tan derretido por sus adorables pucheros que no sabía que hacer.

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