"Un escote prohibido y ultimas voluntades"

1.8K 182 107
                                    

[Coco en la multimedia.]

Cuando Jace entra a su cuarto, se queda paralizado.
Su pulso alzándose veloz, sus ojos ampliándose.

Gine estaba usando el escote mas pronunciado que existía.
Sus pechos estaban saliendo a saludar.

Un extraño sudor estaba manando de su piel.

Gine sonrió.

-¿Que tal, Jacie? ¿tuviste buen día?

-¿Has salido a la calle con esa blusa? -le espeto en un estallido.

Las cejas de Gine volaron hacia atrás.

-¿La camiseta? -pregunto algo descolocada. -¿Me queda mal?

Ella estaba mirando hacia abajo de sí misma, preocupada.

Los ojos de Jace se clavaron en su escote.
Su piel empezó a hormiguear.

-¡Tienes las tetas fuera, Ginebra! -le espeto con fuerza.

Los ojos de Gine se dispararon abiertos. Su cabeza alzándose de golpe.
Una sonrisa burlona se empezó a formar en sus labios.

-¿Te estas fijando en mis tetas?

-Es muy difícil mirar a otro lado, Ginebra. No soy ciego. -confeso enfadado.

La sonrisa de Gine se hizo mas grande.

-¿Te distraen? -dijo casi riendo.

Él se tiro del pelo con frustración.

-El problema no es que me distraigan a mí. El problema es que distraigan a otro imbécil. -dijo dando un paso hacia ella.

Gine alzo una ceja.

-La verdad es que Lennox me la presto para que fuera a hacer los deberes con él vecino. -le provoco.

La piel de Jace se empezó a volver loca.

-Tú solo intentalo. Tú solo pon un pie fuera de aquí. -le dijo con voz peligrosa. -Y veras de lo que soy capaz.

La piel de Gine se puso de gallina.

-¿Que me vas a hacer, Jacie? ¿me vas a atar a la cama?

Las pupilas de Jace se dilataron.

-No estoy de broma. No pienso vacilar. Como se te ocurra... Como te atrevas... Te juro que le parto la cara al baboso. Te juró que soy capaz de todo.

Gine estaba realmente disfrutando.

-Intenta detenerme, guapo de cara. -dijo dando un paso al frente.

Los puños de Jace se cerraron a sus costados.
Cerro la puerta de golpe.
Se acerco a ella en un estallido, quemando la distancia que los separaba.
Sus pechos rozándose.

La respiración de Gine quedo atrapada en su garganta.

Los ojos de Jace eran peligrosos.

-No vas a salir de esta habitación. No vas a ver a ese mamón. No vas a llevar esa cosa. -siseo cerca de sus labios. -Vas a quedarte aquí siendo buena, ¿entendido?

Gine alzó una ceja divertida.

-No soy una niña buena, Jacie. No voy a obedecerte.

Los ojos de Jace bajaron a sus labios.

-Tú solo intenta retarme una vez mas, Ginebra. Una vez mas. Y te juro que no respondo. -dijo empujándola contra la pared.

Sus caderas estaban pegadas, los pechos de ella presionando contra el cuerpo de Jace.

1. Locas Historias De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora