1. Locas Historias De Amor

"Ropa fuera y un novio celoso"

Jace, Bonnie y Lennox discutían acaloradamente en la cocina.
Sentados muy juntos, con latas de cerveza vacías alrededor.

–La panadera es guapa, y muy simpática. –estaba diciendo Bonnie.

Jace arrugo el gesto.

–Es demasiado bajita.

Bonnie alzó las cejas. Enfadada.

–¿Tienes algún problema con las bajitas, eh? –le espeto.

Jace resoplo.

–Esa chica es incluso más baja que tú, que eres un minion.

Bonnie alzó la barbilla, muy orgullosa.

–Las bajas somos tiernas.

Jace sonrió lentamente.

–Muy tiernas. –dijo con la mente en otro lugar.

Gine era baja. No llegaba al metro sesenta y cinco. Pero le parecía perfecta. Delicada, y dulce.

Bonnie alzó una ceja.

–Entiendo. –dijo sabiendo a que se refería.

Lennox bostezo.

–¿Que tal la doctora? –dijo la morena.

Jace vacilo.

–Es guapa. –dijo.

Bonnie negó con la cabeza.

–Tiene pinta de sosa.

Jace no lo negó.

–¿Y la dependiente de la heladería? –dijo Lennox.

Jace negó rápidamente con la cabeza.

–Tiene fama de infiel. No quiero ser un nuevo Tyler, gracias. –dijo con velocidad.

Bonnie río entre dientes.

–¿Y la profesora de Gine? –preguntó Bonnie.

Jace resoplo.

–¿La señorita Sky? ¿quieres que Gine la mate, me mate a mí, y luego a todos vosotros?

Bonnie fruncio las labios.

–No suena demasiado bien.

Lennox bostezo otra vez.

–¿Y la hermana de Lia?

Lia y Lana eran dos hermanas gemelas que los chicos habían conocido siempre. 
Estudiaron en el mismo instituto y fueron las únicas personas que lograron entrar en su grupo.

Lochan tuvo algo romántico con Lia, y Jace con Lana. Nada serio, pero siempre quedó algo entre las parejas.

Lennox odiaba a Lia, lógicamente, pero Lana, extrañamente, le caía bien. Y siempre había regañado a Jace por haberla dejado.

Jace arrugo el gesto.

–Pondría ser perfecta, pero no vive aquí. Sigue en Brasil, estudiando. –dijo con fastidio.

Lennox siseo. Molesta.

–Mierda. –maldijo.

Bonnie fruncio el ceño.

–¿Pero no la dejaste? –pregunto extrañada.

Jace asintió.

–Sí, pero quedemos como amigos. Aún seguimos hablando, y siempre nos invita a su cumpleaños. No hay mal rollo. –dijo con tranquilidad.