"Un arresto policial y un beso inocente "

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(Cody y Kira en la multimedia)

Lennox salio del coche que acababa de robar a Bonnie con aire poderoso.
El frío era infernal.
Las calles del adinerado vecindario estaban desérticas. Ni siquiera los gatos se atrevían a salir con aquel frío.

A Lennox aquel lugar se le parecía demasiado a Privet Drave —la calle donde vivían los tíos de Harry Potter—. 

Las luces de la casa de Jace estaban apagadas.
El coche rojo de Lochan no estaba en la puerta.
Lennox quiso abofetearse a si misma.

¿Donde estas, hijo de perra? –pensó con ira.

Ella quería un cara a cara con Lochan. Sacar todo su odio. Vomitar su bilis. Ella lo necesitaba.
Había estado aguantando, resistiendo, ahogándose con su rencor. Ahora por fin podría dejarlo salir a oleadas. Arrasar ciudades. Países. Continentes. Arrasar con todo. Librarse de aquel petroleo cetrino que corría por sus venas.
Podría descansar. Dejar ir ese fuego.
Se vengaría. Se liberaría.

Hincando sus tacones de aguja en el césped y consiguiendo no mancharlos, camino hacia la casa.
La llave descansaba tranquila en el interior de una planta.
Lennox entro como un gato sigiloso.

Las luces estaban apagadas. La casa estaba silenciosa. Todo estaba vacío.

Lennox encendió la luz.
Todo se ilumino con luz amarillenta. Todo estaba sorprendentemente limpio para ser un piso de universitarios.

Lennox subió las escaleras a tumbos. Sorteando pelotas de tenis.

Como si de una película se tratase, Lennox camino hacia la habitación de Lochan con lentitud y parsimonia.
Cuando abrió la puerta, un fuerte olor a hombre le golpeó.
No era para nada desagradable. Todo lo contrario.
Era el concentrado olor a Lochan. Olor que recordaría hasta en la muerte.

Su habitación estaba pulcramente limpia y perfecta. Ni un calcetín se salia de su lugar. Ni una percha torcida. Todo impoluto.

Desde que él padre de Lochan se fue y los abandono a él y a su madre Lochan había tenido un serio problema con el orden.
Él sicólogo decía que era su forma de controlar la situación.
Las drogas y los excesos su forma de llamar la atención.
Las peleas su forma de expresarse.

Lennox se lo sabia todo. Toda su historia. Cada trauma. Cada alegría. Cada debilidad.

Estar en medio de su cuarto fue como un tortazo en la boca.
Estaba rodeada de Lochan. Por todas partes. Envuelta en su abrazo.  Aquellos  que no había conseguido olvidar por mucho que lo intento.
Llena de su aura poderosa. Llena de recuerdos de niñez y adolescencia. Llena de ganas de besos y miradas furtivas mientras él intentaba dormir en sus brazos.

Las brillantes estanterías blancas estaban repletas de libros. Todo primeras ediciones.
Su armario abierto lleno de ropa cara y costosa. Algunas prendas con la etiqueta colgando.
Una impresionante pecera repleta de llamativos peces de colores iluminaba todo con luz azul.
Un flamante ordenador portátil relucía en su escritorio. La manzana mordida era de color verde vívido.
Una cámara Canon claramente nueva y cara colgaba del marco de la puerta.
Una pantalla plana. La Play Station. Un IPhone 6S Plus. Un Rolex.

Lo que en esa habitación había podría pagar la carrera de Gine.

Una lengua de fuego se formo en el estomago de Lennox. Ascendió con rapidez y lamió su interior con detenimiento. Llegando a su cresta al llegar a su cabeza.

1. Locas Historias De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora