EXTRA I | Valentía robada

250 26 8
                                    

Punta Cana, Rapública Dominacana

— Ush, estás todo sudado. —me quejo, despegando mis manos de su pegajosa espalda.

Adelanta su paso hacia el interior del apartamento mientras bebe agua de su botella, me fijo en cómo la ropa se pega a su cuerpo debido al sudor excesivo con el que carga. Lo observo dirigirse a la ventana y posarse en ella como cada tarde a la misma hora. Aún no entiendo su fascinación cada vez que contempla un sunset.

— Voy a echar tanto de menos ésto.. —menciona con melancolía desde su lugar en el mundo, la ventana.

Me acerco a él cautelosamente en el intento de no distraerlo y me poso a su lado. Lo contemplo con su mirada posada en el cielo Oeste, oigo su suspiro de admiración de todos los días y sonrío al notarlo.

— Yo voy a echar de menos encontrarte aqui cada que vuelvas del gimnasio.—comento bajando la mirada a ver el resto del paisaje.

— Me cansé.. —suelta una risita—. Debí hacerte caso y no ir, ahora tengo sueño.

— ¡No, nada de dormir! Es tu última noche aquí, no iras a la cama temprano. —me quejo haciendo mi más convencible puchero.

— Entonces, ¿Qué sugieres..? —pregunta, dejando besos por mi mejilla.

— Primero, una ducha. Hueles a que hiciste rutina completa.

— De acuerdo. ¿Al menos me dejas parte un..? —hizo trompita, mientras se aproximaba a mí. Posé un dedo en sus labios

— Lo siento, sólo beso a gente limpia..

Caminé hacia la sala y tomé a Chopper en mis brazos cuando se cruzó por mi camino.

— ¡Oye, espera! —lo oí exclamar desde la ventana—. ¿A quién besas tú?

Oí sus pies resonar en el suelo, indicando que viene a por una respuesta.

— Oh, a muchas personas. —conesté—. A él, por ejemplo.. —tomé a mi perro del hocico y dejé un pequeño beso en él.

— ¡Oh vamos, él huele peor que yo! —exclamó con indignación.

Solté una carcajada al aire y dejé a Chopper en el suelo para acercarme a él.

— ¿Sabes qué? Dije que yo no besaba a gente que no esté limpia, eso no significa que no pueden besarme a mí.

Sonrió al escucharme y me tomó por la cintura. Lala cidez de sus manos me hace estremecer y no puedo evitar el hecho de sentirme tan pequeña contra su imponente cuerpo. Se acercó a mí, estando a milímetros de besarme cuando lo interrumpí.

— ¿Sabes también que con esta acción estás asumiendo ser un sucio maloliente? —susurro.

— En ese caso, llámame Sherk. —contestó.

No tuve tiempo de ni siquiera reírme al respecto porque ya tenía sus labios sobre los míos, su imprudente lengua no perdió ocasión para hacerse presente a lo que yo procedí a morderle el labio para expresar mi disgusto.

— ¡Auch, tengo una llaga ahí! —se quejó aún sobre mi boca.

— Lo siento, Capitán..—dejé un pequeño beso sobre el lugar afectado y me solté de su agarre—. Ahora sí, ve a ducharme, digo... a ducharte tú.

Alzó una ceja.

— Si quieres que te duche a ti, sólo tienes que decirlo...

— Sabés a lo que me refiero.

— No, la verdad no. Bueno ya, ¿Te duchas conmigo? —comenzó a jugar con mi pelo.

— No vas a conseguir lo que quieres, Abraham..

LOUDER | RMWhere stories live. Discover now