Capítulo 49: Me gustaría hacerlo aquí.

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49.


— ¡Abraham, quita el culo de mi cara! -exclama Samuel- ¡Nunca más dormiré contigo! -gruñe.

-Yo no te invité. -responió él.

-¡Pueden callarse, joder! -grita Cris- No sé que son más altos, si los ronquidos de Jari o sus gritos.

-¡Hey, yo no ronco María Cristina! -la regaño.

Salgo de la tienda en la que estamos "durmiendo" Cris. Y me siento en el capó del auto de Tony, que por cierto tuvimos que transportar a empujones por la carretera que por suerte estaba desierta. Siento un gruñido y me sobre salto mirando hacía el interior del bosque en el que nos encontramos pero cuando lo vuelvo a oír caigo en la cuenta de que es mi estomago, me reí por eso.

-¿Qué es tan gracioso? -preguntan a mis espaldas.

-Hola Abraham -respondo cuando se sienta a mi lado.

-¿Abraham? -pregunta.

-Sí, así te llamas. ¿No?

-Bueno... Sí, pero yo esperaba un "amor", o un "cielo" o como mucho "Hola, tú"... Pero, ¿Abraham? ¿en serio? Me has ro...

Antes de que terminé la frase junto mis labios con los suyos haciéndolo tragarse sus estúpidas palabras.

-¿Mejor? -pregunto nos separamos.

-Sí. -sonríe y vuelvo a besarlo.

-Tengo hambre...

-¿Otra vez? -pregunta- ¿Segura no estás embarazada?

-¡No, idiota! -lo empujo- Además, ¿qué problema tienes tú con que coma? Antes era porque no comía, ahora porque se me antoja comer. ¡Sos peor que una mina, chabon! -exclamo riendo.

-¿Otra vez viendo películas argentinas con mi hermano? -pregunta riendo.

-Son adictivas -respondo.

Se ríe.

-Hey, escucha. Aquí cerca hay un centro comercial, lo vimos cuando fuimos por combustible con los chicos, ¿quieres ir? -propone.

-¿Aquí? ¿en medio de la nada?

Asiente encogiéndose de hombros.

-Bueno, si los chicos quieren...

-¡Si, queremos! -exclaman desde la tienda haciéndonos reír.

(...)

-¿Qué miras tanto? -pregunta en un susurro detrás de mi.

-Es muy tierno...

Vuelvo a doblar la prenda y la dejo donde pertenece, realmente tengo una fuerte obsesión con la ropa de bebé y todo lo que tenga que ver con eso, me encanta ir por la vida entrando a las tiendas mirando todo, ¡Es hermoso!

-¡Oh, mira que bonito! -dijo Abraham agitando un sonajero que tenía entre las manos. -¿Y esto qué es? -pregunta tomando un objeto que no logro ver bien.

-Se llama "mordisco", Abraham. -digo haciendo las famosas comillas con mis dedos -Son para cuando a los bebés les crecen sus dientitos y practican mordiendo ahí, o algo así. -explico.

-Yo pensé que era un chupete... -contestó.

-Se parece, pero no.

-¿Y tú como sabes tanto de esto? También el otro día te oí hablar con mi madre sobre el parto de no sé quien de sus amigas, no sabía que supieras de eso.

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