Capítulo 120: Jesus, Welcome to my heart.

815 57 32
                                    

120.

- No tienes por qué comportarte como un imbécil.

Giré mi vista a Jari, vi como sus ojos se abrieron furtivamente y sus mejillas se inflaron.

- ¿Qué?

Devolví mi vista a la televisión.

- A tus amigos los trataste como si fueran mierda. Es probable que lo merecieran. Pero yo estoy aquí un día tras otro intentando hacer mi trabajo lo mejor posible. Así que te agradecería que no me amargaras la vida al igual que a todo el mundo.

- ¡Lou, te amo! -gritó J, alzando su pequeño brazo.

- Oye, pero pobre Will... -mencioné mirándola.

- Escucha, es entendible que el tipo tenga una vida insuficiente por su tetraplégia, pero, ¿Qué culpa tiene ella?

- Y si es entendible, ¿Por qué ella no lo entiende? Es decir..

- No, espera. -me interrumpió- Una cosa es entender y otra muy diferente es tolerar. Porque imagínate a ti cuidando a una persona con esa situación y que para colmo sea detestable. Es intolerable. -planteó- Ella está en todo su derecho de quejarse.

- ¡No leíste el libro!, ¡tú no estás en tu derecho de acotar! -exclamé ofendido.

- ¿Tú sí?... -me miró.

- Primera y segunda parte. -afirmé orgulloso.

- Siempre quise leerlo, lo veía hasta en el chino. Nunca lo compré. Por la portada se me hacía similar a Velvet. No, no... ¿Lo quieres? Lo tengo, pero si vas a leer, no veas la película.

- Apágala, apágala! -cubrió su rostro.

Estiré mi mano para poder apagar la televisión.

- ¿Vemos algo? -preguntó- Hay nuevo capítulo de Pretty que todavía no vi.

- ¿Sigues viendo eso? Viste esa serie como tres veces todas las temporadas.

- Estoy viendo Dowton Abbey ahora...

- ¡Es excelente! La vi toda, las seis temporadas completas.

- Lo supuse, todas las series que has visto son de época. La ultima que recuerdo que hayas visto fue..., sí no me equivoco, Games of Thrones..

- Sí, la estábamos viendo juntos y te rendiste a mitad de la segunda temporada.

- ¡Me aburrió!

- Y te pusiste a ver The Crown con Tony... -hablé ofendido.

Se desplazó sobre la cama y cargo su peso sobre mi cuerpo, posicionándose sobre mi pelvis. Me quedé mirando sus gestos, estaba un poquito no tan cerca de mí pero aún así podía sentir su olor cálido y dulce, tendría que reconocer que ella habitúa bastante mi aroma. Es decir, estamos la mayoría del tiempo en contacto físico, especialmente su cuello tiene una sutil similitud con mi aroma, pero eso no opaca su cálido aroma, al que ya estoy acostumbrado.

Metí mis manos por debajo del gran jersey que llevaba puesto, que por cierto, es mío...

Peinó delicadamente el vello de mi cara con la yema de sus dedos.

- ¿Puedo afeitarte? -preguntó ilusionada.

- ¿Quieres recrear Yo antes de ti? -alcé una ceja.

- ¡No me spoilees, Boli! -se quejó.

- ¡Uy, perdón! -cubrí mi boca.

- Ya, en serio, tú barba comienza a incomodarme...

-- Pero a mí no.

LOUDER | RMWhere stories live. Discover now